Jimmy Lai, patrón de la prensa "rebelde" hongkonesa, no se arrepiente de nada

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El patrón de la prensa hongkonesa, Jimmy Lai, sabe que corre el riesgo de ir a la cárcel por su apoyo al movimiento pro-democrático, pero no se arrepiente de nada.

"Estoy preparado para ir a prisión", afirma este rico hombre de negocios desde las oficinas de Next Digital, el mayor grupo de prensa pro-democracia de Hong Kong, quien asegura poder "mantenerse optimista".

Pocos hongkoneses han sido tan denostados por Pekín como él.

Los medios estatales chinos lo han calificado de "traidor" y acusaron de instigar al enorme, por momentos violento, movimiento de protesta que durante siete meses sacudió a la ex colonia británica en 2019.

Para ellos, el fundador del diario Apple Daily es líder de una "banda de cuatro" personas que conspira junto a otros países para debilitar a China continental.

Desde hace años, un misterioso grupo de "patriotas" se ha instalado ante su mansión de manera permanente.

Cuando la AFP llegó a su casa para entrevistarlo, un hombre estacionó una furgoneta delante de su casa y transmitió proclamas afirmando que Lai es una marioneta a sueldo de Estados Unidos.

Con los años, Lai afirma haberse acostumbrado a contestar con humor al retrato que hacen de él.

"No presto atención a lo que dicen", señala.

Su carrera profesional es similar a las de otros empresarios hongkoneses que construyeron imperios partiendo de nada.

Nació en la provincia china de Guangdong, en una familia adinerada, que perdió todo con la llegada de los comunistas al poder, en 1949.

Con 12 años, llegó clandestinamente a Hong Kong. Tras trabajar en talleres ilegales, creó el imperio de ropa Giordano.

En 1989, durante la represión en la Plaza Tiananmén de Pekín, tomó un camino diferente al de sus contemporáneos.

Fundó una primera publicación en la que escribía crónicas vilipendiando a altos funcionarios chinos.

Como consecuencia, las autoridades ordenaron cerrar sus tiendas en China. Entonces, decidió venderlas para invertir en un grupo de prensa.

Cuando se le pregunta porqué no optó por disfrutar en paz su fortuna, con una sonrisa responde que "se siente bien así".

- "No perder las esperanzas" -

Cuando más que nunca se encuentra en la mira de Pekín, se esfuerza por minimizar riesgos y mantenerse optimista.

Junto con otras 14 figuras claves del movimiento pro-democracia está siendo enjuiciado por haber participado en las manifestaciones del año pasado.

Su pena puede alcanzar a cinco años de prisión.

Por motivos legales, no quiso discutir su caso, pero afirmó que no se arrepiente de haber participado y respaldado las protestas.

"Soy un agitador. llegué aquí sin nada, la libertad de la que disfruta este lugar me lo dio todo. Quizás sea el momento de que, a cambio, luche por él", señala.

Los medios estatales chinos se ensañaron con Lai en particular tras reunirse el año pasado con el secretario de Estado estadounidense Mike Pompeo y el vicepresidente Mike Pence.

Para Lai, la ley de seguridad nacional que está por refrendar China "arrodillará" a Hong Kong.

"Reemplazará o destruirá nuestro estado de derecho y destruirá nuestro estatuto financiero internacional", se inquieta el activista, quien teme por sus periodistas.

Sus dos principales publicaciones, Apple Daily y la revista Next, son absolutamente pro-democráticas en una ciudad en que la competencia es pro-Pekín o mantiene una posición muy moderada.

Él cree que, por primera vez en décadas, China se encuentra en una posición débil.

Con la economía particularmente afectada por la pandemia de coronavirus y la guerra comercial con Washington, "para unir a su gente, (Pekín) necesita encontrar enemigos exteriores".

Por este motivo, a su parecer, el presidente Xi quiere imponer una ley de seguridad nacional en Hong Kong.

Pero, afirma que ésta no lo obligará a mantenerse en silencio o moderar sus comentarios.

"Lo único que podemos hacer es proseguir, no perder las esperanzas (...) y pensar que lo justo prevalecerá", argumenta.

jta/rma/leg/kma/juf/sba/age/mb