REENVÍO-Gobernador cierra calles de Brasilia para impedir que manifestantes lleguen al Congreso

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(Reenvía para aclarar cifra de casos de COVID en penúltimo párrafo)

Por Pedro Fonseca

RIO DE JANEIRO, 14 jun (Reuters) - El gobernador del distrito federal en el que se encuentra la capital de Brasil, Brasilia, cerró el domingo el área en torno al palacio presidencial, los ministerios, el Supremo Tribunal Federal y el Congreso, para impedir que partidarios del presidente Jair Bolsonaro se reúnan en el lugar.

El gobernador Ibaneis Rocha prohibió el tránsito de automóviles y personas a lo largo de la principal avenida que alberga los edificios más importantes del gobierno federal de Brasil, evitando las protestas que han realizado los partidarios de Bolsonaro frecuentemente en la zona.

El gobierno del estado emitió un decreto en la noche del sábado, después de que un pequeño grupo de extrema derecha de partidarios del presidente intentó invadir el Congreso.

El decreto dice que el área fue cerrada debido a la necesidad de evitar grandes multitudes en medio de la epidemia de coronavirus, así como por las amenazas realizadas por algunos manifestantes contra las instituciones democráticas del país.

Debido al cierre de la Esplanada, como se conoce al centro de Brasilia, los partidarios de Bolsonaro se reunieron en otras áreas, incluida la principal base del Ejército en la ciudad, según imágenes difundidas por la cadena de televisión CNN Brasil.

Los manifestantes, a quienes Bolsonaro ha saludado en numerosas ocasiones previas, acusan al Supremo Tribunal Federal y al Congreso de bloquear la capacidad de gobernar del mandatario.

Bolsonaro se ha enfrentado en diversas oportunidades con el Supremo Tribunal Federal en las últimas semanas.

En Sao Paulo, la policía solo autorizó protestas simultáneas de partidarios de Bolsonaro y contra el presidente en ubicaciones separadas. Las protestas fueron mayormente pacíficas.

El domingo, el juez Gilmar Mendes del Supremo Tribunal Federal tuiteó que Bolsonaro podría haber cometido un delito al alentar a la gente a entrar a los hospitales y grabar las unidades de cuidados intensivos para confirmar si las camas estaban copadas o no, para evitar fraudes o que se inflen las cifras de pacientes graves de COVID-19.

Brasil se ha convertido en el epicentro de la pandemia con más de 850.500 casos reportados y más de 42.700 muertes, ambas cifras sólo por debajo de las de Estados Unidos.

"Es una vergüenza, para no decir ridículo, que funcionarios públicos estimulen teorías de conspiración y pongan en riesgo la salud pública", tuiteó Mendes. (Reporte de Pedro Fonseca en Rio de Janeiro, Escrito por Tatiana Bautzer; Editado en Español por Ricardo Figueroa)