El Royal Mail, el famoso correo británico, mantiene el vínculo social durante la pandemia

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"Es como en Navidad", dice un cartero británico en la ciudad de St Albans, en el norte de Londres. En todo el país, la pandemia ha incrementado la actividad del Royal Mail, el correo británico, que ha mantenido el vínculo social durante el confinamiento.

Una gran parte de la población británica trabaja desde casa, evita los desplazamientos y compra por internet, pese a que el confinamiento está empezando a desmantelarse.

El resultado ha sido que las compras en línea se dispararon, incrementando exponencialmente el número de paquetes distribuidos por la empresa postal británica.

Pero este aumento no basta para compensar la erosión que ha sufrido el envío de cartas, ya que los británicos prefieren la mensajería electrónica y las redes sociales.

El número de cartas distribuidas entre fin de marzo e inicios de mayo cayó un 33% a 308 millones al año, y la entrega de paquetes aumentó 31%.

Estos cambios inciden en el modelo económico del Royal Mail, una institución muy querida por los británicos, y explican en parte la salida precipitada el mes pasado de su director general Rico Back.

Dos años después de su llegada, dejó su puesto en medio de las críticas por la demora en proporcionar equipos de protección necesarios a los empleados en el fragor de la pandemia.

Para Vinnie Micallef, un responsable del sindicato CWU (Communication Workers Union), Back "había perdido totalmente el vínculo con el personal". Las cosas se han "calmado", dice, desde la llegada como director general interino de Keith Williams, un antiguo directivo de British Airways.

En compensación por sus esfuerzos, Royal Mail anunció el 15 de mayo, el día que se fue Back, una prima de hasta 200 libras (250 dólares, 223 euros) para cada trabajador en "reconocimiento por su papel durante la covid-19".

Nacido hace 500 años, el Royal Mail ha tenido una historia tormentosa en la última década, marcada por una polémica privatización en 2013.

El grupo trató de modernizarse en tiempos de internet con la fuerte oposición de los sindicatos. A finales del pasado año, Royal Mail logró que la justicia prohibiera una huelga prevista para antes de Navidad.

- "Nos sentimos queridos" -

Los sindicatos temen que la suspensión temporal de la distribución del correo los sábados, para tratar de aliviar el trabajo durante la pandemia, sea permanente, lo que, según él, podría costar 20.000 empleos, el 12% de los efectivos.

El personal de Royal Mail es querido por los británicos, sobre todo porque desempeñó un papel importante en la distribución de kits de diagnóstico para el virus y ayudó a las empresas durante la pandemia.

Sahir Saeed, cartero londinense que se aisló durante 14 días después de que su padre se infectara con el virus, dice que durante su trabajo los británicos le daban alimentos y bebidas.

"Los clientes saben por lo que pasamos. Nos sentimos muy queridos", explica a la AFP.

Recuerda que hasta antes de la instauración del confinamiento el 23 de marzo, cerca del 40% de los miembros de su equipo estaban ausentes, ya sea con el virus o en cuarentena.

Y según él, el trabajo sigue afectado por las medidas de distanciamiento, que solo autoriza a un trabajador por camioneta roja del Royal Mail.

"Seguir dando servicio al país durante estos momentos sin precedentes es crucial para nosotros", dice Shane O'Riordain, director de marketing del grupo.

Algunos carteros no dudaron en disfrazarse de superhéroes durante el reparto, mientras que otros se presentaron voluntarios para distribuir comida caliente a las personas que quedaron bloqueadas en sus casas.

Y los británicos se lo agradecen. "Gracias. Ustedes hicieron que salvara mi pequeña empresa", dice Sally en Twitter.

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