Bolivia toca los números más altos de contagios tras tres meses de COVID-19

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El pico más alto de contagios se reportó justamente este pasado jueves, con 884, hasta aumentar a 16.165 los positivos, con 553 fallecidos, mientras que las estimaciones del Ministerio de Salud apuntan a los 100.000 a fines de julio. EFE/ Martin Alipaz/Archivo
El pico más alto de contagios se reportó justamente este pasado jueves, con 884, hasta aumentar a 16.165 los positivos, con 553 fallecidos, mientras que las estimaciones del Ministerio de Salud apuntan a los 100.000 a fines de julio. EFE/ Martin Alipaz/Archivo

La Paz, 12 jun (EFE).- Bolivia afronta uno de sus momentos más adversos por el incremento de contagios por la COVID-19, cuando este viernes se cumplen tres meses desde que se identificaron los primeros casos en marzo pasado, con un récord diario de positivos.
El pico más alto de contagios se reportó justamente este pasado jueves, con 884, hasta aumentar a 16.165 los positivos, con 553 fallecidos, mientras que las estimaciones del Ministerio de Salud apuntan a los 100.000 a fines de julio.
Los primeros casos de coronavirus en Bolivia se reportaron en marzo pasado, en un par de mujeres de más de 60 años que regresaron al país desde Europa.
Aquellos casos hicieron que el 11 de marzo el país fuera el último en la región suramericana en presentar la enfermedad y días después el Gobierno interino dispuso primero el cierre de fronteras y después la suspensión de vuelos internacionales, para finalmente aplicar un confinamiento rígido desde el 22 de marzo que se extendió hasta que el 1 de junio se flexibilizó en parte del país.
En cambio, las regiones más afectadas por la pandemia, Santa Cruz, la más poblada del país con más de tres millones de habitantes, y Beni, un departamento amazónico con lago más de medio millón de pobladores, mantienen el confinamiento.
Algo que pasará también desde el próximo lunes en Pando, un departamento amazónico fronterizo con Brasil que reporta un incremento de contagios.
En este proceso, Bolivia autorizó el uso de Ivermectina, un antiparasitario cuya eficacia no está científicamente probada contra el virus, para el tratamiento de pacientes graves con COVID-19, y más adelante alentó la donación de plasma sanguíneo de quienes superaron la enfermedad para su aplicación en enfermos con complicaciones.
Bolivia afronta una nueva etapa desde el pasado 1 de junio con la llamada cuarentena dinámica, en la que han vuelto a abrirse negocios, el transporte público y vuelos comerciales internos, aunque se mantienen las fronteras cerradas.