La crisis de covid-19 muestra la dura vida de los jornaleros extranjeros en el sur de Francia

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"¡Fue un ataque de pánico!", dice un sindicalista tras el descubrimiento de 170 casos de covid-19 entre los jornaleros extranjeros que recogen fruta y verdura en el sureste de Francia. Una propagación favorecida por las condiciones de vida a veces precarias de estos trabajadores invisibles.

Frente al gimnasio de Châteaurenard, una localidad cercana a Aviñón, trabajadores de ambos sexos ecuatorianos, senegaleses, malienses o marroquíes hacen fila para hacerse la prueba del coronavirus.

La mayoría están acompañados por sus jefes, a quienes las autoridades han presionado para que hagan pruebas a su personal tras el descubrimiento de dos focos de contagio en los poblados de Maillane y Noves, a unos kilómetros del lugar.

Según los últimos balances oficiales, 170 jornaleros dieron positivo en esta región.

Entre ellos, muchos trabajadores reclutados a través de agencias de trabajo temporal españolas, que los ponen a disposición de los agricultores.

Según cálculos de 2016, cada año más de 67.000 personas en situación a veces precaria en su país de origen, vienen a recoger fresas, pepinos, melones o cerezas a Francia.

- "Secreto a voces" -

Una mano de obra curtida que muchos agricultores prefieren y reclamaban inclusive durante el confinamiento, cuando las fronteras estaban cerradas.

"Es un secreto a voces, todo el mundo sabe aquí que los recolectores de temporada burlaron los controles en las fronteras pasando por carreteras menos frecuentadas", antes de la circular ministerial que, el 20 de mayo, fijó las condiciones de entrada a Francia de esos trabajadores, indicó a la AFP una fuente cercana al tema, que pidió el anonimato.

Conscientes de haber propiciado el ingreso ilegal de esos trabajadores extranjeros, empresas de trabajo ya en la mira de la justicia por fraudes sociales, así como los agricultores, hicieron todo lo posible para disuadir a la mano de obra de hacerse la prueba cuando aparecieron los primeros casos de covid-19.

"Parece comprobado que algunos trabajadores, víctimas de esas 'empresas maleantes', fueron escondidos y a veces trasladados de un lugar a otro para evitar que se supiera su fecha de llegada", declaró a la AFP Jean-Yves Constantin, primer vicepresidente de la mutua social agrícola, la seguridad social de los agricultores.

El día anterior, trabajadores aterrorizados le pidieron ayuda después de dar positivo a la prueba, pues temen ser abandonados por sus jefes.

Del lado del sindicato de operadores agrícolas(FDSEA), se dice que se respetaron las consignas.

"Pedimos a las empresas que les hicieran pruebas a sus trabajadores temporales y lo hicieron", indicó a la AFP Patrick Lévêque, presidente de la FDSEA para el departamento de Bouches-du-Rhône.

- "Fue un ataque de pánico" -

Pero algunos trabajadores temían no ser pagados si daban positivos. "Ellos están aquí para ganar la mayor cantidad de dinero posible para enviar a sus familias. Fueron víctimas de chantaje al empleo", dice un bombero que participó en la toma de pruebas, a veces acaloradas, en los lugares de trabajo.

Tras la intervención de las autoridades francesas, pueden ahora beneficiarse de subsidios diarios.

"Fue un ataque de pánico en los lugares de trabajo, los agricultores y los trabajadores tenían miedo de ser contaminados, no sabían qué hacer con los enfermos", indica la unión local del sindicato CGT de Châteaurenard, que denuncia las condiciones de alojamiento a veces muy malas.

A fines de abril, la prefectura des Bouches-du-Rhône indicó a la AFP que conminó a una empresa agrícola a efectuar trabajos de urgencia para adaptar los locales donde están alojados 80 trabajadores. El Estado pide reducir la capacidad de recepción a 40 personas y conectar el agua potable.

El miércoles, la prefectura también exigió el cierre de una parte de un local de alojamiento de trabajadores temporales por la insalubridad.

Tras una visita en esas zonas agrícolas, las autoridades recordaron "con firmeza la responsabilidad de las empresas y operadores sobre la necesidad de respetar el aislamiento de las personas" que dieron positivas, así como "la necesidad de garantizar a sus asalariados el cubrimiento de las necesidades básicas".

En cuarentena por dos semanas en una casona deteriorada de Maillane, a algunos trabajadores temporales se les suministraron víveres y medicamentos, lo que no ocurría en los primeros días.

est/iw/pid/thm/eg/es