AI denuncia el impago de salario de trabajadores en el proyecto del Mundial de Catar

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Según la ONG, empleados de la empresa Qatar Meta Coats, subcontratada para las obras de la fachada del estadio Al Bayt, han podido recibir una parte de sus salarios después de que AI expusiera el caso ante las autoridades cataríes, la FIFA y el Comité Supremo de Entrega y Legado (ente organizador del Mundial). 
EFE/EPA/ALI HAIDER/Archivo
Según la ONG, empleados de la empresa Qatar Meta Coats, subcontratada para las obras de la fachada del estadio Al Bayt, han podido recibir una parte de sus salarios después de que AI expusiera el caso ante las autoridades cataríes, la FIFA y el Comité Supremo de Entrega y Legado (ente organizador del Mundial). EFE/EPA/ALI HAIDER/Archivo

El Cairo, 11 jun (EFE).- Un centenar de trabajadores de la construcción de un estadio del Mundial de Catar 2022 no han recibido su salario durante meses y sólo han empezado a cobrar una parte de sus sueldos atrasados esta semana, denunció este jueves la organización Amnistía Internacional (AI).
Según la ONG, empleados de la empresa Qatar Meta Coats, subcontratada para las obras de la fachada del estadio Al Bayt, han podido recibir una parte de sus salarios después de que AI expusiera el caso ante las autoridades cataríes, la FIFA y el Comité Supremo de Entrega y Legado (ente organizador del Mundial).
"Los trabajadores inmigrantes nos contaron las dificultades que tuvieron al trabajar sin cobrar durante meses seguidos en el estadio de Al Bayt. Están preocupados por sus familias, que dependen del dinero que envían a casa desde Catar para pagar los gastos de escuelas y médicos", dijo en un comunicado el director de Justicia Económica y Social de AI, Steve Cockburn.
"Aunque los pagos recientes serán un merecido alivio para los trabajadores, los organizadores del Mundial de Catar nos han comunicado que conocían los retrasos en el pago de salarios desde julio de 2019", agregó.
La organización explicó que entrevistó a empleados y exempleados de la compañía de diseño y construcción, y éstos dijeron que el retraso en el pago de los salarios había afectado a todos los que trabajaban en Al Bayt, alrededor de cien personas procedentes de Ghana, Kenia, Nepal y Filipinas, entre otros países.
Los trabajadores empezaron a tener problemas a principios de 2019 y la situación empeoró durante este año, con muchos de ellos sin cobrar nada entre septiembre de 2019 y marzo de 2020, según AI.
La ONG confirmó que el pasado día 7 algunos de los trabajadores recibieron los salarios atrasados, pero no todos ellos y, en algunos casos, no toda la cuantía.
Eso tuvo lugar "después de intercambiar una detallada correspondencia con el Comité Supremo y otros actores clave que conocían los persistentes abusos desde hace casi un año", afirmó AI.
Por su parte, el Comité Supremo de Entrega y Legado dijo en un comunicado al que tuvo acceso Efe que supo de la situación en julio de 2019 "como resultado directo de las auditorías éticas y las entrevistas a los trabajadores" que su Departamento del Bienestar de los Trabajadores realiza regularmente.
"El Comité Supremo actuó inmediatamente (...) y sus esfuerzos dieron lugar al pago inicial de tres meses atrasados a los trabajadores", agregó en la nota, afirmando que esos esfuerzos prosiguen para resolver la cuestión.
El ente organizador también afirmó que la empresa Qatar Meta Coats ha sido apartada del proyecto de Al Bayt y se le prohíbe de momento trabajar en otros relacionados con el Comité Supremo.
Por otro lado, AI denunció que esa misma empresa no ha renovado los permisos de residencia de los trabajadores, "por lo que corren el riesgo de ser detenidos y deportados".
La mayoría de los empleados está pasando el confinamiento por la COVID-19 en "alojamientos masificados de Doha", agregó la ONG, apuntando que la empresa les proporciona la comida.
Muchos trabajadores inmigrantes en los países del golfo Pérsico se han visto temporalmente desempleados por la crisis del coronavirus, sin recibir un salario y sin residencia legal, ni la posibilidad de regresar a sus países de origen. EFE
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