Trump rechaza cambiar el nombre a bases militares pese a las dudas sobre el racismo

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US President Donald J. Trump makes remarks as he is surrounded by African-American supporters in the Cabinet Room of the White House, in Washington, DC, USA, 10 June 2020. EFE/Doug Mills
US President Donald J. Trump makes remarks as he is surrounded by African-American supporters in the Cabinet Room of the White House, in Washington, DC, USA, 10 June 2020. EFE/Doug Mills

Washington, 10 jun (EFE).- El presidente de EE.UU., Donald Trump, contradijo este miércoles al Pentágono al rechazar la idea de cambiar de nombre a una decena de bases militares bautizadas en honor a generales confederados y defensores de la esclavitud, a pesar de las denuncias de activistas de que eso glorifica un pasado racista.
Este lunes, el secretario de Defensa de EE.UU., Mark Esper, y el secretario del Ejército del país, Ryan McCarthy, anunciaron que están "abiertos a una conversación bipartidista sobre el tema" de cambiar el nombre a las diez bases del Ejército de tierra estadounidense que toman su nombre de generales confederados.
Pero Trump dio carpetazo a esa posibilidad con una serie de tuits este miércoles, en los que aseguró que esas "bases monumentales y muy poderosas se han convertido en parte de una gran herencia estadounidense, una historia de ganar, de victoria y de libertad".
"Los Estados Unidos de América entrenaron y desplegaron a nuestros HÉROES en estos lugares sagrados, y ganaron dos guerras mundiales. Por tanto, mi Gobierno no considerará siquiera la idea de cambiar el nombre a estas instalaciones militares magníficas y legendarias", escribió Trump.
El mandatario zanjaba así un debate que el Pentágono había accedido a abrir años después de que numerosos activistas por los derechos civiles pidieran cambiar el nombre de las bases por considerar que enaltecían a generales que defendieron la esclavitud de los afroamericanos durante la Guerra Civil de EE.UU. (1861-1865).
Esa contienda terminó con la derrota de los estados secesionistas del sur -y favorables a la esclavitud- de la Confederación frente a la Unión (estados norteños), pero los símbolos referentes al bando perdedor siguen presentes en numerosas estatuas y lugares del país, a pesar de las denuncias de que homenajean a figuras racistas.
Las bases militares a las que se refirió Trump incluyen la instalación militar estadounidense más grande del mundo, la de Fort Hood en Texas.
Tanto esa como el resto de las bases están situadas en estados sureños: Fort Bragg (Carolina del Norte); Fort Benning y Fort Gordon (Georgia); Fort Pickett, Fort A.P. Hill y Fort Lee (Virginia); Fort Polk y Camp Beauregard (Louisiana), y Fort Rucker (Alabama).
La portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany, aseguró a los periodistas que Trump incluso llegaría al punto de vetar un proyecto de ley que sustituyera el nombre de los generales confederados por otros de la Unión, el bando liderado por el presidente que abolió la esclavitud, el republicano Abraham Lincoln (1861-1865).
"El presidente no firmará ninguna ley que cambie el nombre a los fuertes de Estados Unidos", porque lo considera "inaceptable" y una falta de respeto a los militares que pasaron por esas bases y perdieron la vida en el extranjero, subrayó McEnany en una rueda de prensa.
La tajante postura de la Casa Blanca choca con la tendencia que se está registrando en estados del sur como Alabama o Virginia, que están retirando algunos símbolos confederados a raíz de las denuncias de racismo que han surgido en las protestas espoleadas por el homicidio del afroamericano George Floyd.
En Misisipi, el único estado que aún incluye el emblema confederado en su bandera oficial, el Congreso estatal está redactando un proyecto de ley para retirar ese símbolo.
La Armada y la Infantería de Marina de EE.UU. confirmaron además esta semana que prohibirán en sus instalaciones el despliegue público de cualquier imagen que muestre la bandera confederada.
El anuncio de Trump llega después de varios días de tensiones con el jefe del Pentágono, que la semana pasada dijo que se oponía al despliegue de militares para contener las protestas contra el racismo en EE.UU., en una ruptura con la posición del mandatario.