Boris Johnson asegura entender la ira de los manifestantes antirracismo

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El primer ministro británico, Boris Johnson, aseguró entender la ira de quienes se manifiestan en el Reino Unido por la muerte del afroamericano George Floyd en Estados Unidos, pero advirtió que no tolerará la violencia ni la infracción del distanciamiento contra el coronavirus.

"Tienen razón, tenemos razón, al decir que la vidas de los negros importan y a todos aquellos que han elegido protestar pacíficamente y han respetado el distanciamiento social, les digo 'sí, por supuesto les oigo, y lo entiendo", dijo el líder conservador en un mensaje de vídeo emitido el lunes por la noche.

Las palabras de George Floyd, "No puedo respirar", mientras era retenido en el suelo por un oficial de policía blanco, "han despertado una ira y un sentimiento de injusticia generalizados e innegables", afirmó.

Sin embargo, en un momento en que el Reino Unido, el segundo país del mundo más castigado por el coronavirus, con más de 40.000 muertes, sale gradualmente del confinamiento, Johnson advirtió que "no apoyará a quienes se mofan de las reglas del distanciamiento social, por la razón obvia de que corremos el riesgo de nuevas infecciones en este momento crítico".

"Y no, no apoyaré ni cederé ante aquellos que violan la ley, atacan a la policía o vandalizan monumentos públicos", añadió, refiriéndose al derribo de la estatua de un comerciante de esclavos en Bristol, en el suroeste de Inglaterra, y los daños a una estatua del difunto primer ministro Winston Churchill cerca del Parlamento de Londres el pasado fin de semana.

Unas 200 manifestaciones antirracistas movilizaron a más de 100.000 personas en el Reino Unido el sábado y el domingo. Se registraron algunos altercados y un total de 135 personas fueron detenidas.

El alcalde laborista de Londres, Sadiq Khan, anunció el martes la creación de una comisión para que los monumentos y calles de la ciudad reflejen mejor la diversidad de la población.

"La diversidad de nuestra capital es nuestra mayor fortaleza, pero nuestras estatuas, los nombres de nuestras calles y espacios públicos reflejan una época pasada (...) Esto ya no puede continuar", dijo en un comuincado, subrayando que los manifestantes antirracistas habían "llevado con razón este tema a la atención pública".

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