De Skid Row a Hollywood, Los Ángeles se vuelca en una nueva protesta masiva

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Con marchas entre la pobreza inmensa de Skid Row o por las calles empapadas de sueños de Hollywood, Los Ángeles (EE.UU.) se volcó hoy en una nueva jornada de protestas masivas que por todo el país reclamó el fin del racismo y la brutalidad policial y que exigió justicia por la muerte de George Floyd. EFE/EPA/ETIENNE LAURENT
Con marchas entre la pobreza inmensa de Skid Row o por las calles empapadas de sueños de Hollywood, Los Ángeles (EE.UU.) se volcó hoy en una nueva jornada de protestas masivas que por todo el país reclamó el fin del racismo y la brutalidad policial y que exigió justicia por la muerte de George Floyd. EFE/EPA/ETIENNE LAURENT

Los Ángeles (EE.UU.), 6 jun (EFE).- Con marchas entre la pobreza inmensa de Skid Row o por las calles empapadas de sueños de Hollywood, Los Ángeles (EE.UU.) se volcó hoy en una nueva jornada de protestas masivas que por todo el país reclamó el fin del racismo y la brutalidad policial y que exigió justicia por la muerte de George Floyd.
Miles de personas tomaron una vez más Los Ángeles, que en lugar de una gran convocatoria unitaria diseminó sus protestas en una veintena de lugares diferentes: Downtown, Hollywood, Highland Park, Torrance, Beverly Hills...
Pero las manifestaciones en la ciudad californiana dejaron claras dos cosas: que los disturbios y la violencia alrededor de las protestas ya son cosa del pasado, y que por ahora les queda energía de sobra para seguir saliendo a la calle.
FAIRFAX: DEL CAOS A LA PAZ
Hace justo una semana, Fairfax fue un escenario de caos.
Graves disturbios al margen de la manifestación pacífica y una agresiva respuesta de la Policía eclipsaron las reivindicaciones de "Black Lives Matters" (Las vidas negras importan).
Siete días después, Fairfax reunió hoy a varios cientos de personas en una concentración totalmente pacífica sobre el césped de Pan Pacific Park.
"En cierto sentido, los latinos sufren de los mismos problemas que los afroamericanos", explicó a Efe José.
"Son comunidades marginalizadas y es básicamente la misma lucha", consideró.
José confía en que estas movilizaciones puedan transformar la sociedad, pero también se mostró cauto.
"Si se sigue, puede ser algo. Pero veremos. No tengo a lo mejor tanta fe de que cambie mucho...", admitió.
El ambiente relajado de Pan Pacific Park, un ejemplo entre tantos de cómo en los últimos días la tensión y los disturbios bajaron hasta desaparecer en Los Ángeles, también se percibía en Farmers Market, que el pasado sábado se vio afectado por los desórdenes.
Decenas de personas tomaban hoy café, compraban fruta o buscaban dulces en las panaderías de este histórico mercado camino ya, con el permiso del coronavirus, de la normalidad.
En cambio, el contiguo y muy popular centro comercial The Grove todavía era hoy un reflejo de la excepcionalidad de estos días: sus tiendas estaban cerradas, tablones de madera cubrían sus accesos, y la Guardia Nacional patrullaba los alrededores.
¿METAMORFOSIS? ¿HASTA CUÁNDO?
Aunque están surgiendo protestas prácticamente en cada esquina de la ciudad, uno de los núcleos de las manifestaciones es el ayuntamiento de Los Ángeles.
El parque Grand, justo delante del ayuntamiento, ha visto de todo: a la Guardia Nacional blindando la entrada, a helicópteros lanzando advertencias, a cientos de manifestantes detenidos por violar el toque de queda...
... y también ha presenciado una cierta metamorfosis en estas movilizaciones, que ya no parecen algo puntual sino que dejan entrever una voluntad de mantenerse durante un tiempo.
Algunas estampas de los últimos días frente al ayuntamiento de Los Ángeles pueden recordar, muy levemente y salvando las distancias, a movimientos como el 15M en Madrid o Occupy Wall Street en Nueva York.
Ya sin toque de queda y con una presencia testimonial de la Policía, muchos manifestantes acuden al ayuntamiento en diferentes momentos del día y, además de gritar consignas como "Sin justicia, sin paz", aprovechan para quedarse y charlar con otros jóvenes.
Detrás de esto parece haber una recuperación del espacio público, que quizá también venga animada por los meses de confinamiento de la pandemia y que es algo especialmente llamativo en una ciudad que cuida muy poco a los peatones y la vida en la calle.
También se está dando en el parque Grand un elogio solidario de lo común: se reparte agua y comida, hay asistencia sanitaria gratis, uno puede cargar su teléfono móvil en un coche, y hay altares colectivos en homenaje a las víctimas de la brutalidad policial.
Bailes en grupo o gente jugando a baloncesto son otros indicios de que frente al ayuntamiento pueden quedar todavía muchos días de movilización, algo que también han notado dos colectivos con un olfato finísimo para detectar dónde se junta la gente en Los Ángeles y que ya se han dejado ver por el parque Grand: los vendedores de perritos calientes y los predicadores religiosos.
"BLACK LIVE MATTERS" EN SKID ROW
Hay pocos lugares en Los Ángeles donde importen menos las vidas negras que Skid Row.
En este tristemente famoso barrio situado junto al centro de la ciudad viven unas 4.700 personas sin techo.
Más de la mitad de esas personas, que sobreviven en tiendas de campaña, en condiciones de higiene deplorables, y abandonadas en una pobreza absoluta, son afroamericanas.
Al anochecer, unos 200 manifestantes salieron del ayuntamiento y recorrieron las calles de Skid Row, la mayoría andando y algunos en coche.
Uno de los vehículos llevaba a una DJ pinchando canciones como "California Love" de Tupac Shakur.
A su paso por Skid Row, varios protestantes dieron comida y bebida a las personas sin techo con las que se cruzaron.
Sentadas al borde de sus tiendas o recostadas en sacos de dormir, algunas de esas personas miraban a la manifestación sin entender muy bien lo que sucedía.
Otras recibieron a la protesta de pie, con la mirada al frente y el puño levantado.
David Villafranca