La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó este miércoles su preocupación por la crítica situación de una comunidad amazónica afincada en Lima donde 475 personas dieron positivo a pruebas de COVID-19.
La organización alertó en un comunicado sobre la situación sanitaria que actualmente enfrenta la Comunidad Indígena Urbana de Cantagallo en Perú y pidió al gobierno peruano que brinde especial atención a estas familias.
Tras la realización de pruebas rápidas el 12 de mayo, el 73% de la población de indígenas shipibo-konibo que viven esta comunidad en el distrito limeño del Rímac dio positivo por COVID-19, según la CIDH, un órgano de la Organización de los Estados Americanos.
En Cantagallo viven unos 2.000 integrantes de la etnia Shipibo-konibo.
Tras confirmarse los contagios, las autoridades desinfectaron las rústicas casas de 228 familias.
La comunidad amazónica cumple una cuarentena de dos semanas desde entonces para evitar riesgos de mayores contagios y propagación de la enfermedad.
Soldados del Ejército peruano vigilan además el acceso y salida a la comunidad.
Las autoridades instalaron baños portátiles ante la falta de acceso a servicios básicos, como agua y desagües, de esta comunidad.
Hasta fines de abril, sus habitantes aseguraban no registrar contagios de COVID-19. Ellos lo atribuían a las medicinas naturales que utilizan.
Los miembros de la comunidad emigraron a Lima en 1990, huyendo de la guerrilla maoísta de Sendero Luminoso y la castrista del MRTA, derrotadas militarmente hacia fines de esa década.
Los Shipibo Conibo son un grupo étnico de la Amazonía, que se distribuye en 153 comunidades a lo largo del río Ucayali, en la selva central peruana.
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