Dudas sobre si China fijará un objetivo de PIB ante la incertidumbre actual

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Dudas sobre si China fijará un objetivo de PIB ante la incertidumbre actual. EFE/EPA/ANDY WONG
Dudas sobre si China fijará un objetivo de PIB ante la incertidumbre actual. EFE/EPA/ANDY WONG

Pekín, 21 may (EFE).- La sesión anual de la Asamblea Nacional Popular (ANP, Legislativo), la cita política más importante del año en China, comienza mañana entre dudas de si Pekín fijará un objetivo de crecimiento económico para este ejercicio o si optará, por primera vez, por no marcarse una meta ante la incertidumbre.
Aunque es ya una tradición para el régimen dar a conocer sus perspectivas económicas para el año en curso en esta reunión, esta primera parte de 2020 ha estado marcada por la pandemia de la COVID-19, que afectó a China tanto como para decidir posponer la cumbre de la ANP, prevista originalmente para principios de marzo, hasta que la situación epidemiológica estuviera bajo control.
Este año podría reservar una sorpresa inédita: la posibilidad de que Pekín no especifique un porcentaje como objetivo de crecimiento sino una "descripción". El año pasado ya se pasó del tradicional número fijo a una horquilla -de entre el 6 y el 6,5 %, que finalmente se cumplió-.
La prensa estatal china, que habitualmente adelanta los planes de Pekín, especula con esta posibilidad: el rotativo oficial Global Times publicaba esta misma semana una encuesta en la que la mayoría de "antiguos altos funcionarios y prominentes economistas" participantes creen que Pekín podría, por primera vez, no fijar un objetivo numérico.
"Demostraría un cambio significativo desde la búsqueda incansable de un crecimiento rápido (...) a un enfoque más equilibrado y sostenible", indican esos expertos, que consideran que "no publicar un objetivo específico podría dar más libertad (...) para desviar recursos a hacer frente a los crecientes retos derivados de la COVID-19 como el desempleo o el bienestar de la gente antes que a inflar el PIB".
FIJAR UNA META DEL 3 %, LA OTRA POSIBILIDAD
No obstante, otros analistas sí que pronostican que China fijará una cifra concreta aunque mucho menos ambiciosa que otros años, de en torno al 3 %, que sería el peor desempeño anual desde 1976.
Eso sí, incluso ese porcentaje seguiría estando bastante por encima de las perspectivas de las instituciones económicas internacionales: el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé ahora que la economía china crezca un 1,2 % en 2020 y el Banco Mundial (BM), un 2,3 %.
Cabe recordar que la economía china sufrió su primera contracción en más de cuatro décadas entre enero y marzo (-6,8 %), y la recuperación tras mantener bajo aparente control el virus en este segundo trimestre está siendo tímida.
Aunque la producción industrial, según las autoridades, se repone a buen ritmo, la demanda interna no le sigue el paso, y para China salvar el ejercicio no depende solo de la situación nacional sino también de que los países que compran sus productos puedan seguir haciéndolo.
Pekín ha conseguido reducir significativamente el peso de las exportaciones sobre el PIB desde 2006, pero siguen representando poco menos del 20 % del PIB nacional, y los analistas apuntan a que las ventas al exterior se debilitarán a corto plazo.
PLAN DE RECUPERACION
En esta sesión de la ANP también se podrían marcar las líneas maestras del plan de recuperación económica para este año, posiblemente basado en un impulso de la infraestructura y en estímulos fiscales: Pekín podría elevar su objetivo de déficit fiscal del 2,8 % marcado para 2019 a un 3,5 o incluso un 4 % para impulsar el consumo y la inversión.
A este respecto, conviene recordar que China continúa embarcada en una ambiciosa campaña de bajada de impuestos corporativos cifrada en unos 4,34 billones de yuanes (611.318 millones de dólares, 558.344 millones de euros) desde 2018 hasta marzo de este año, y que los ingresos fiscales nacionales cayeron un 14,3 % interanual entre enero y abril.
Otro de los puntos a seguir será cómo piensa el Gobierno enfrentarse al problema del creciente desempleo causado por la pandemia, con los datos oficiales del desempleo urbano elevándose al 6 % en abril (cerró 2019 en un 5,2 %) y con más de 8 millones de graduados llegando al mercado laboral este otoño.
Habrá que prestar atención también al énfasis que el Gobierno pone en sus objetivos medioambientales, ya que en anteriores ediciones de la ANP fueron tomando cada vez más relevancia, algo que podría revertirse si decide que la recuperación económica ha de cimentarse -tal y como ha hecho en ocasiones pasadas- en industrias contaminantes.
El Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA) ya advirtió en un reciente informe de que los niveles de contaminación atmosférica en el país ya supera a la registrada en el mismo período de 2019 debido a que se está incentivando la producción en centrales eléctricas, industria y transporte.
Con respecto a los dos grandes objetivos que Pekín se había marcado para 2020, parece que se centrará más en el de sacar de la pobreza a los últimos 5,5 millones de personas que, según las cifras oficiales de finales de 2019, siguen en ella todavía en China.
Más difícil parece cumplir con el de doblar este año el PIB de 2010, aunque en los últimos meses parece no copar ya titulares en la prensa estatal. Cabe destacar, asimismo, que este proyecto llevaba la firma del anterior presidente chino, Hu Jintao, y no del actual, Xi Jinping.