Pompeo considera "una locura" las sospechas sobre él

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El jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, consideró este miércoles que las acusaciones según las cuales utilizó a un agente del Estado para que realizara tareas domésticas son una "locura", pero se negó a explicar por qué había reclamado la destitución del inspector general de su ministerio.

El presidente Donald Trump despidió el viernes al inspector general del Departamento de Estado, Steve Linick, a petición de Pompeo.

El mandatario se limitó a decir que los inspectores dependían de los presidentes y que éste, elegido por su predecesor demócrata Barack Obama, tendría que haber sido destituido mucho tiempo atrás.

Pero los congresistas demócratas han revelado en los últimos días que Linick estaba investigando varios asuntos potencialmente incómodos para Pompeo.

En detalle, el inspector investigaba acusaciones según las cuales Pompeo encargaba tareas domésticas a un agente del Departamento de Estado pagado con dinero público, como sacar al perro, ir a buscar ropa a la tintorería o hacer reservas en algún restaurante para comidas privadas.

Los demócratas afirman, además, que Linick estaba a punto de cerrar una pesquisa sobre una controvertida venta de armas a Arabia Saudita, que se hizo a pesar de la oposición del Congreso.

"He visto los distintos relatos según los cuales alguien paseaba a mi perro para vender armas en mi tintorería", ironizó Pompeo en rueda de prensa. "En fin, todo esto es sencillamente una locura", añadió.

El secretario de Estado repitió que no estaba al tanto de esas investigaciones y afirmó que, por tanto, el despido de Linick no podía considerarse como un acto de represalia.

Pero no quiso explicar por qué había pedido el despido del inspector general, cuyo papel consiste en controlar de forma independiente el ejercicio del poder ejecutivo en el Departamento de Estado.

"No puedo hablar de eso. No puedo entrar en detalles. Explicaré los motivos a las personas apropiadas", dijo.

Pompeo aprovechó la rueda de prensa para acusar al senador demócrata Bob Menendez, número dos del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara Alta, de estar detrás de las acusaciones contra él.

"No recibo lecciones de ética de parte de un hombre que ha sido objeto de acciones penales (...), un hombre sobre el que los compañeros del Senado dijeron, básicamente, que había recibido sobornos", declaró el jefe de la diplomacia.

Menendez fue acusado de ayudar a un oftalmólogo que le había pagado costosos viajes en localidades turísticas costeras. En su juicio en 2017, se libró de una condena gracias a un jurado dividido, pero recibió una reprimenda del Comité de Ética del Senado.

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