La UE advierte contra el "tono" de Reino Unido en discusión comercial

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El negociador europeo para el Brexit, Michel Barnier, criticó este miércoles el "tono" de su par británico, David Frost, en una carta en la que acusa a los europeos de proponer un acuerdo comercial de "baja calidad".

"No me gustaría que el tono que usted emplea afecte a la confianza y a la actitud constructiva que son esenciales entre nosotros", advierte Barnier en su respuesta a Frost, publicada en su cuenta Twitter.

Frost había reprochado la víspera a Barnier que la UE no ofrece "una relación de libre comercio justa" entre socios "cercanos", sino un acuerdo comercial de "baja calidad" y una "supervisión" de las leyes e instituciones británicas.

El europeo respondió a las críticas de la carta divulgada por Downing Street reiterando que la UE quiere, para su futura relación con el Reino Unido, "un acuerdo de libre comercio sin aranceles ni cuotas para ninguna mercancía".

Barnier subraya además que cada acuerdo cerrado entre la UE y un país tercero es "único, con su propio equilibrio de derechos y obligaciones", por lo que no existen "beneficios selectivos del mercado único sin [sus] obligaciones".

Y recuerda el deseo de la UE de contar con estándares comunes en materia fiscal, laboral, ambiental y de ayudas de Estado, al menos al mismo nivel que los países del bloque, para evitar la competencia desleal.

"Esto no significa que el Reino Unido quedaría vinculado a la legislación de la UE (...) en estas áreas", sino que "seguirá siendo totalmente libre de establecer sus propios estándares más altos", asegura Barnier.

El negociador de la UE expresa además que sus objetivos se basan en la Declaración Política sobre la Futura Relación cerrada entre el Reino Unido y sus 27 socios en 2019. "Es el único precedente", agrega.

El Reino Unido abandonó la UE en enero, aunque, durante un período de transición hasta finales de diciembre, sigue dentro del mercado único y de la unión aduanera, y debe respetar las reglas europeas.

Dificultadas por la pandemia, las negociaciones enfrentan varios escollos, pero Londres sigue determinado a rechazar una prolongación de la transición con la esperanza de presionar a la UE para alcanzar un acuerdo rápido.

tjc/mb