Cada uno conoce un enfermo o muerto por COVID-19 en Nicaragua, dice patronal

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El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Adán Aguerrí. EFE/Jorge Torres/Archivo
El presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), José Adán Aguerrí. EFE/Jorge Torres/Archivo

Managua, 20 may (EFE).- A pesar de que el Gobierno de Nicaragua registra efectos mínimos por el COVID-19, cada persona en el país conoce a un enfermo o muerto por la pandemia, informó este miércoles una fuente del Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), principal conglomerado empresarial nicaragüense.
"Cada uno de nosotros ya conoce a alguien que está enfermo o falleció, esto ya no es una historia que se está contando, la estamos viviendo cada uno de nosotros, con nuestros vecinos, nuestros conocidos, con la gente que está en los diferentes campos de la opinión pública", dijo el presidente del Cosep, José Adán Aguerri, en comparecencia ante medios de comunicación local.
Un diputado titular, una suplente, un piloto, un entrenador de atletismo, y un estilista, están entre los personajes más conocidos que han muerto por COVID-19, o síntomas parecidos, en medio de la pandemia, sin embargo, existe la sensación de que hay más víctimas de la enfermedad entre los 6,3 millones de nicaragüenses.
Los "entierros exprés", féretros que van directamente del hospital a cementerio, custodiados por policías y paramilitares, y son enterrados en sigilo, muchas veces en horas de la noche, cada vez son más frecuentes, al igual que lo son las muestras de condolencia entre nicaragüenses en sus redes sociales.
Tras semanas reportando solamente 25 casos y 8 fallecidos, ayer las autoridades del Ministerio de Salud admitieron 254 pacientes y 17 muertos por la pandemia, una cifra distante de los 1.594 casos y 351 muertes que registra el Observatorio Ciudadano COVID-19, que goza de mayor credibilidad entre médicos y científicos.
CIFRAS EN CRECIMIENTO
Aguerri advirtió que, si las cifras oficiales no mienten, en dos semanas el número de contagiados se duplicará, si el Gobierno del presidente Daniel Ortega no cambia su política de cero restricciones a la propagación del COVID-19, mínimas medidas de prevención, y la promoción de actividades de aglomeración.
"Queremos, desde el Cosep sumarnos y apoyar a ese llamado que ha hecho la OMS/OPS para poder venir al país, para visitar in situ, para evaluar lo que está sucediendo con la pandemia", señaló Aguerri.
Desde que expulsó a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y a la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh), en 2018, Ortega ha impedido el ingreso de organismos internacionales a Nicaragua, salvo por una delegación del Parlamento Europeo en 2019.
"No podemos cerrar las puertas a las organizaciones que pueden salvar vidas, que tienen la capacidad de ayudar a gestionar, para que este sistema de salud precario tenga mayor equipamiento, para que tengamos más pruebas (PCR), que son tan necesarias para evitar que se sigan contagiando las personas", destacó el representante del Cosep.
Aguerri recordó que la pandemia ha sido frenada un poco por la iniciativa personal de los nicaragüenses y el esfuerzo del sector empresarial, que toma medidas con sus empleados, clientes y edificios, pero resaltó que la misma no se puede enfrentar sin acciones de sanidad y transparencia del Gobierno, como tampoco sin la ayuda internacional.