El COVID-19 toca al béisbol en Nicaragua, donde los deportes no se detienen

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Los estadios de béisbol han sido señalados como posibles focos de contagio en Nicaragua, ya que la mayoría de estos se llenan cada fin de semana, de personas que asisten para presenciar los partidos. EFE/Jorge Torres/Archivo
Los estadios de béisbol han sido señalados como posibles focos de contagio en Nicaragua, ya que la mayoría de estos se llenan cada fin de semana, de personas que asisten para presenciar los partidos. EFE/Jorge Torres/Archivo

Managua, 18 may (EFE).- Al menos dos peloteros y un entrenador de béisbol dieron positivo a una prueba de COVID-19, mientras que otros seis presentan síntomas del padecimiento en Nicaragua, donde la actividad deportiva no se detiene, informaron este lunes los familiares de varios pacientes, y fuentes de la liga.
Los peloteros Norman Cardoze Jr., y Carlos Aranda, así como el entrenador Norman Cardoze padre, todos del equipo San Fernando se encuentran hospitalizados luego de ser confirmados con COVID-19.
Otros seis peloteros del mismo equipo se encuentran en cuarentena domiciliar, debido a que presentaron los síntomas de la pandemia, pero las autoridades no le aplicaron pruebas PCR, para determinar si están infectados con el coronavirus SARS-coV-2, según fuentes de la liga que optaron por el anonimato.
Cardoze Jr. ya había solicitado oraciones por los pacientes de COVID-19 en sus redes sociales días atrás, y sus familiares agradecieron hoy los gestos por el padre e hijo.
Los contagios en el equipo San Fernando era un secreto a voces desde el fin de semana, cuando sus directivos solicitaron ante la Comisión Nicaragüense de Béisbol Superior que suspendiera la serie de dos partidos contra el Bóer, el más popular de Nicaragua.
La Comisión solamente aceptó cancelar el partido del sábado y ordenó doble cartelera el domingo. Los integrantes de ambos conjuntos decidieron jugar con mascarillas, y el Bóer terminó barriendo a un contrincante que debió utilizar a sus jardineros como lanzadores, ante la falta de personal.
Los estadios de béisbol han sido señalados como posibles focos de contagio en Nicaragua, ya que la mayoría de estos se llenan cada fin de semana, de personas que asisten para presenciar los partidos.
Aunque en casi todo el mundo se detuvo la actividad deportiva como consecuencia de la pandemia, Nicaragua ha sido una de las pocas excepciones en las que las competencias continúan activas.
Así se hizo evidente el 26 de abril pasado, cuando Nicaragua fue sede de la única cartelera de boxeo profesional del mundo, que no atrajo por la calidad de los boxeadores, puesto que era limitada, sino por realizarse a pesar de la pandemia.
En el caso de liga mayor de fútbol, esta continuó, aunque sin asistentes, hasta coronar a su campeón local, hace poco más de una semana.
El campeonato nacional de boxeo aficionado se mantiene con 4 carteleras de 16 peleas cada una, todos los fines de semana.
A lo anterior se suman competencias de voleibol, motocicletas, artes marciales, atletismo, u otros deportes, que son promovidos por el Ejecutivo.
El deporte no es un caso aislado dentro de Nicaragua, ya que obedece a la política del presidente Daniel Ortega, de no detener ninguna actividad en el país en medio de la pandemia, para que la economía no se vea afectada.
Nicaragua continúa con sus fronteras abiertas, no hay ningún tipo de restricción, apenas se implementan acciones de prevención y las autoridades promueven aglomeraciones, a las que asisten los sandinistas, que luego son enviados a visitas casa por casa.
El manejo de Ortega sobre la pandemia en Nicaragua ha sido objeto de críticas.
La Organización Panamericana de la Salud, la Organización de los Estados Americanos, la oficina de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos se han pronunciado en contra de la situación.
El Gobierno de Nicaragua hasta ahora reconoce 25 casos relacionados con la pandemia, con ocho muertos. El Observatorio Ciudadano COVID-19, cuyos datos gozan de mayor credibilidad entre médicos y científicos, ha avisado de 1.270 pacientes y 266 muertos.