El personal sanitario ruso sigue esperando la recompensa de Putin

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María, una médica rusa de 24 años, esperaba una recompensa después de haber estado en contacto con un paciente que dio positivo al nuevo coronavirus. Pero su salario de abril se desplomó.

Trabajadora en el sector público, 200 kilómetros al norte de Moscú, María realiza visitas a domicilio. Antes de la pandemia, recibía, en promedio, tres llamadas por día. En abril, una vez que el virus llegó, tenía entre 16 y 30.

Cuando el presidente Vladimir Putin anunció el otorgamiento de una prima mensual de 80.000 rublos (1.085 dólares) a los médicos para curar a los enfermos de la covid-19, creyó que se trataba de una compensación por el riesgo y la sobrecarga de trabajo.

"Esperaba que si estaba en contacto con la enfermedad, tendría dinero extra", explica la joven, que accedió a hablar a condición de permanecer en el anonimato y que su lugar de residencia no fuera revelado.

La realidad fue muy diferente. Cuando uno de sus pacientes dio positivo al coronavirus, María tuvo que dejar de trabajar dos semanas. En consecuencia, su salario de abril se redujo a 14.000 rublos (190 dólares), cuando habitualmente es de 36.000 rublos (489 dólares).

"Yo podría haber contraído el virus, pero en lugar de una recompensa, mi salario fue menor", explica María que, por otra parte, sólo recibe una máscara quirúrgica y un par de guantes por día de trabajo.

El personal sanitario contaba con la promesa de Putin de recompensas de entre 25.000 rublos (339 dólares) y 80.000 rublos (1.085 dólares). En abril, muchos no vieron ni un rastro de este dinero.

- Enorme decepción -

El miércoles, el primer ministro Mijaíl Mishustin reconoció el problema. Afirmó que el gobierno había transferido 27.000 millones de rublos (369 millones de dólares) para estas primas, pero que las autoridades regionales sólo habían redistribuido una parte.

Para Andréi Konoval, el jefe del sindicato de acción de trabajadores médicos, la directiva de Putin se perdió en los meandros de la burocracia.

Algunos hospitales solo integraron una parte de su personal en los "equipos coronavirus", de modo que personas como María no eran elegibles, incluso si estaban en contacto con el coronavirus.

En otras regiones, las instituciones calcularon el tiempo que sus empleados pasaban con un paciente de covid-19 por minuto para ahorrar dinero.  Las promesas de Putin eran "muy atractivas" en un primer momento, señala Konoval, "pero provocaron una enorme decepción" a continuación.

Esto agravó la frustración de la comunidad médica, víctima ya, desde hace una década, de la reducción de presupuestos y al cierre de establecimientos. Una política de "optimización" según las autoridades.

"Esto parece una broma cruel para el personal sanitario", destaca la petición puesta en circulación la semana pasada por el sindicato de acción, que reclama el pago de la totalidad de las primas.

Este documento, en el que también se pide al gobierno que aumente el número de beneficiarios, ha sido firmado por más de 100.000 personas.

Andréi Konoval señala que las promesas del Kremlin crearon la impresión de que el personal sanitario ganaba bien su vida en un momento en que los demás rusos se veían golpeados por la crisis económica provocada por la covid-19.

"Este rumor que los médicos reciben mucho dinero durante la pandemia es desagradable para los médicos, que de hecho siguen trabajando por poco dinero", lamenta.

María lo confirma. "Los pacientes nos dicen que debemos ganar mucho dinero trabajando tanto". Sin embargo, ni ella ni muchos otros en la misma situación se embarcarán en una larga batalla burocrática para recibir una recompensa.

"Nadie se va a quejar. Quiero que prevalezca la justicia, pero no voy a iniciar una guerra", afirma.

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