Los iraníes festejan el Ramadán desde el auto debido al coronavirus

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Con las mezquitas cerradas a causa de la epidemia de coronavirus, los iraníes decidieron celebrar las ceremonias religiosas del Ramadán desde el coche.

El gobierno prohibió todo tipo de reuniones en el marco de la lucha contra la epidemia de covid-19, que ha causado más de 6.000 muertos en el país, el más afectado de Oriente Medio.

Al no poder ir a rezar a las mezquitas tras el 'iftar', la tradicional comida de ruptura del ayuno, al ponerse el sol, las familias suben al auto y asisten a ceremonias religiosas... sin salir del vehículo.

Hasta la fecha, la idea de ver películas desde el coche --una actividad muy extendida en Estados Unidos-- no había ganado muchos adeptos en Irán, pero con la pandemia, muchos fieles vieron ventajas en ella.

El jueves por la noche, en un parque de atracciones de Eram, en el oeste de Teherán, más de 100 vehículos se reunieron frente a una pantalla gigante para asistir a una ceremonia religiosa.

"Durante esta cuarentena, con las mezquitas cerradas, hemos echado mucho de menos las ceremonias" religiosas, declaró desde su auto a la AFP Fatemeh, vestida con un chador, junto a su familia.

"Cuando leí en Instagram que se había organizado esto, me pareció algo realmente creativo y bonito", agregó la funcionaria de 28 años.

Los organizadores guiaban a los coches para que se estacionaran frente a la pantalla gigante.

La ceremonia, llamada "Noches del anhelo", empezó con un video musical sobre el funeral del general iraní Qasem Soleimani, abatido por un dron estadounidense en Bagdad a principios de enero.

Delante de las hileras de vehículos, unos hombres, equipados con mascarillas, entonaron cánticos chiitas en un escenario, al tiempo que su intervención se proyectaba en la pantalla que tenían detrás.

Las jóvenes familias asistían a la ceremonia desde el coche. A veces se iluminaban los faros momentáneamente, mientras que algunos niños se subían al capó del auto para ver mejor.

La epidemia del nuevo coronavirus ha causado 6.091 muertos y contagiado a 95.646 personas desde que se anunciaron los primeros casos en el país, a mediados de febrero.

Un mes después, se cerraron las mezquitas y se suspendieron las oraciones del viernes, con el objetivo de atajar la propagación del virus.

Para los fieles, esta suerte de autocine supone una oportunidad de practicar sus ceremonias como lo suelen hacer pero respetando las medidas de distancia social.

"Creo que esta solución creativa es un verdadero ejemplo de gestión de la crisis, un bello ejemplo", declaró Mohammed, un profesor que acudió a la ceremonia con su esposa y su hijo.

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