La petrolera estadounidense registró este viernes una pérdida neta por 610 millones de dólares en el primer trimestre del año debido a una depreciación de activos tras la caída de los precios del crudo por la pandemia del nuevo coronavirus.
"Las cotizaciones del crudo disminuyeron de una manera significativa en el [último] trimestre, como consecuencia de una combinación sin precedentes de la sobrebundancia" de petróleo y "del impacto del COVID-19 en la demanda mundial", explicó el gigante energético.
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