Pequeña empresa alemana duplica esfuerzos para fabricar pantallas "antivirus"

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La epidemia de coronavirus está dando mucho trabajo a la fábrica de Claus Müller, el jefe de una empresa de Wiesbaden, en el suroeste de Alemania, especializada en plexiglás, un material que ahora se usa para construir pantallas contra el contagio.

"Nuestra facturación este mes se ha multiplicado por dos y si la razón no fuera tan triste podríamos estar contentos", explica AFP Müller, que dirige Plexiglas Riesner, una pequeña empresa familiar instalada aquí desde hace 114 años.

En la gran sala de fabricación, donde se pasean dos grandes pastores alemanes de la familia, los empleados cortan con máquinas, en medio de un ruido ensordecedor, grandes placas de vidrio acrílico para responder a la enorme demanda.

En la oficina, situada justo al lado, el teléfono no deja de sonar.

La pandemia de coronavirus ha disparado el uso de muros de protección transparente fabricados con este material, una manera de protegerse del virus que se contagia con gotas de saliva.

"Nuestros clientes principales son farmacias, hospitales pero también administraciones o la ciudad de Wiesbaden, así como médicos y comercios que no pueden cerrar", advierte Müller.

En las cadenas de supermercados de Alemania, Francia o Estados Unidos las cajeras están en muchos casos protegidas por una pared transparente. La cadena de supermercados alemana Aldi acaba de hacer un importante pedido a la empresa.

Plexiglás es una marca registrada por el grupo alemán Röhm pero la palabra se usa de manera genérica para hablar de cualquier tipo de vidrio acrílico.

"Las demandas empezaron a aumentar a partir de finales de febrero", explica el patrón. "El problema es que todo el mundo lo necesita rápidamente y tenemos una capacidad de producción limitada".

- Existencias limitadas -

La parálisis de parte de la economía mundial y el cierre de numerosas fábricas en Alemania y en el resto de Europa para luchar contra la propagación del coronavirus podrían provocar problemas a la empresa para entregar los pedidos.

"Tenemos existencias suficientes para una o dos semanas y nuestros proveedores ya nos advirtieron que en abril no habrá entregas", explica Müller.

"Parece que todo el mercado en Alemania está paralizado", añade el patrón, de unos 60 años.

La empresa espera sin embargo poder entregar los pedidos de algunos de sus clientes más antiguos cuando haya pasado el pico de actividad.

"Contrariamente a otras empresas no vamos a quebrar", dice Müller, preocupado por un amigo que tiene un bar y se ha visto afectado por el confinamiento y el cierre de los comercios no esenciales.

El mercado mundial del vidrio acrílico representaba en 2019 unos 5.300 millones de dólares y podría alcanzar los 7.100 millones en 2024, según la consultora 360 Market Updates.

La empresa Plexiglas Riesner debe su nombre al fundador de una pequeña cristalería familiar, Karl Riesner. En 1957 su hijo empezó a fabricar plexiglás, menos caro y más simple de utilizar.

En 2004, Müller retomó la fábrica a través de una web que registra las empresas de llamado "Mittelstand" -- la red de pequeñas y medianas empresas consideradas clave en el éxito de la economía alemana-- que buscan sucesores.

"Verifiqué las cifras y supe que podía hacerla funcionar", explica Müller, que estudió arquitectura.

Tras la crisis del coronavirus, la demanda de plexiglás en los supermercados se reducirá y muchas "pantallas" de protección se retirarán, apunta el patrón.

Sin embargo podrían mantenerse en las farmacias o en las consultas médicas.

"Nos sentimos más seguros (...) También protegen a nuestros clientes si estamos infectados sin síntomas", dice Iris Erdelmeier, una farmacéutica.

ys-mfp/jpl/cn/pc/mar