En Nueva Caledonia, el confinaniento perturba las tradiciones canacas

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En Nueva Caledonia las tribus locales canacas se pliegan a las exigencias del confinamiento contra la covid-19 decretado el 17 de marzo por las autoridades francesas, pero deben renunciar a su modo de vida comunitario en el que está sustentado su ancestral cultura.

"He encargado a todos los jefes de clan que expongan las consecuencias de una llegada del virus y las medidas para protegerse" explica a la AFP Georges Mandaoué, presidente del distrito canaco de Warai en la municipalidad de Huailou, en la costa este.

"Hemos decidido postergar todos los eventos como las bodas o la fiesta del nuevo ñame (que inicia el calendario de nuevo año canaco). Solo se mantienen los entierros pero únicamente con la familia cercana, no más de 20 personas" asegura.

Habitualmente los duelos generan aglomeraciones de centenares de personas donde se encuentran todos los clanes aliados del difunto, reflejando la permanencia de la estrecha malla interna de la comunidad canaca.

A principios de febrero, siguiendo el "calendario del ñame", eje de la civilización canaca y símbolo de vida, la tribu de Goro, al sur de la Grande Terre, inició los festejos del nuevo ñame.

La celebración de este rito genera grandes aglomeraciones, durante las cuales se ofrendan productos de la tierra, del mar y de la caza. Varias regiones no habían tenido tiempo para organizar estos eventos, pero ahora todo está ya detenido.

"Hay que postergar todos los acontecimientos culturales. Sean conscientes de que se trata de un peligroso virus, sobre todo para los mayores", exhortó en la radio Nouvelle-Calédonie Roch Wamytan, gran jefe de la tribu de Saint-Louis, en la periferia de la capital Numea, y también presidente del Congreso (asamblea legislativa).

Este archipiélago del Pacifico cuenta con unas 340 tribus canacas, repartidas en distritos donde se vive según los códigos de la "costumbre": hábitat comunitario, celebraciones rituales, repartición de recursos y trabajos colectivos.

Aunque los canacos --40% de la población-- están notablemente urbanizados, mantienen intactas sus tradiciones.

- Espectro de epidemias -

De momento se registran 15 pacientes con covid-19 --uno de ellos en reanimación-- en Nueva Caledonia, donde el confinamiento está en vigor desde hace poco más de una semana.

Georges Mandaoué, también expresidente del Senado local, integrado por 16 dignatarios canacos, se congratula por la toma de conciencia de las poblaciones, "que respetan el distanciamiento social y se saludan desde lejos sin darse la mano".

Según él, el virus tendría un impacto "aterrador" en la población tribal, golpeada ya por enfermedades respiratorias, cardiovasculares o de diabetes.

Gilbert Assawa, jefe de dos tribus de distrito, explica que siguen circulando en la tradición oral historias de las epidemias de lepra, y que ello es útil durante esta crisis.

"Sabemos que eso ya ocurrió, que en el pasado debimos aislar a gente en las tribus, no poder asistir a entierros", dice.

El impacto vírico, que diezmó a decenas de miles de canacos al ser descubierto el archipiélago (1774) y luego su colonización (1853), forman también parte de su historia

En el atolón de Uvea (3.400 habitantes), Macky Wéa, habitante de la tribu de Gossanah, cuenta que "no es fácil prohibir a los jóvenes que jueguen al fútbol" pero que no hay "mucha gente" en la única carretera que bordea la playa de fina arena

"Aquí, mi hijo, que es un representante local electo en la provincia de las Islas de la Lealtad, ha dado consignas. Por ejemplo, puede seguir la pesca pero no más de dos personas por barco" dice.

También se pidió a los padres que no hicieran volver a la isla a sus hijos que residen en Numea, antes de la suspensión hace dos semanas de los vuelos y los barcos. "Aquí, los medios sanitarios son muy limitados" agrega.

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