Hoteles y particulares ofrecen habitaciones a personal sanitario en Francia

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"Sentía que representaba un peligro en casa, así que decidí dormir en otro lado". Robin Stengel, padre de dos niños pequeños y enfermero en contacto con ancianos, duerme ahora en una habitación puesta a disposición del personal sanitario que lucha diariamente contra el coronavirus en Francia.

"No me sentía suficientemente protegido en el trabajo y este virus es particularmente agresivo. Tenía que desvestirme y ducharme sin tocar nada en casa, la situación se había vuelto demasiado complicada", explica este enfermero de 28 años que hasta hace dos días, y frente a una escasez en el país, trabajaba sin mascarilla.

Stengel decidió entonces quedarse en un hotel, pagando de su bolsillo, hasta que su hermana le contó que los dueños de una cadena que alquila habitaciones y cabañas rurales de particulares se ofreció a acoger a personal sanitario de forma gratuita.

"Fue algo inesperado. Me había hecho a la idea de gastar 1.000 euros en hoteles para mantener a mi familia fuera de peligro", explica.

Aunque tiene que recorrer 15 kilómetros más a diario y se "perdió el primer cumpleaños" de su hijo, hace tres días, está convencido de que tomó la mejor decisión.

Varios hoteles, pero también particulares, han puesto a disposición del personal sanitario, al borde del agotamiento en plena crisis del coronavirus que ha dejado más de 3.000 muertos en el país, un lugar donde dormir.

- "Ayudar de alguna forma" -

Dominique Gibert, que acogió a Robin Stengel, no dudó un segundo en hacerlo. "Soy médico jubilado, quería ayudar de alguna forma", dice. No tiene miedo al contagio. "Mantengo una distancia suficiente" y "desinfecto las puertas. "Tiene un acceso a la casa y nosotros otro".

En Beauvais, una localidad al norte de París, Dorothée Jouret abrió las puertas de su casa a una enfermera para ahorrarle 30 minutos de trayecto diario.

Un hotel Ibis en la isla francesa de Córcega, ubicado a un kilómetro del hospital de Ajaccio, acogió el lunes a trece médicos y enfermeros "que no pueden hacer el trayecto diario hasta sus casas o que no pueden quedarse en sus casas porque tienen familiares con salud frágil", explicó su directora, Fadoua Maarifa.

A falta de servicio a la habitación, tienen "un refrigerio diario disponible durante todo el día", que pueden recoger "en el vestíbulo". También se les proporciona sábanas y toallas limpias, que les colocan en el pasillo.

En la plataforma de alquiler turístico Airbnb particulares han puesto a disposición en la última semana 5.000 viviendas de forma gratuita.

En París, Patricia Tordjman, que maneja bienes con su empresa Immo Passion, ha acogido, a través de Airbnb, a unos veinte "médicos, enfermeros, auxiliares de enfermería, radiólogos, neumólogos", cerca de hospitales, entre ellos a "un radiólogo de unos treinta años que vive con sus padres, ancianos, y tiene miedo de contaminarlos".

Cada apartamento será "completamente desinfectado" tres días después de que el ocupante se vaya, dice.

Los particulares también se están organizando. Un grupo de Facebook creado el 22 de marzo tenía 356 miembros el martes. "Algunos anuncios son compartidos 60 veces", dice la creadora del grupo Sandrine Legay, "lo que demuestra que esto satisface una necesidad.

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