En Bélgica, un hospital se prepara para el temido pico del coronavirus

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Un centro de triaje montado con voluntarios de Cruz Roja precede la sala de urgencias del hospital Erasme de Bruselas, "listo para hacer frente", con decenas de camas reservadas, al punto crucial de la pandemia del nuevo coronavirus.

La preparación comienza desde la llegada al centro. Tras la indispensable desinfección de manos, el paciente sospechoso de portar el virus rellena un formulario sobre sus síntomas y, si existen dudas, obtiene una etiqueta roja para una atención rápida.

En caso contrario, recibe una etiqueta verde y debe abandonar la ruta "COVID" para seguir el procedimiento clásico de admisión en urgencias, una gestión de llegadas que representa un "doble desafío", en palabras del doctor Stéphane Debaize.

Es necesario "hacer una buena separación para evitar epidemias dentro del hospital", así como pensar en una distribución "fluida" de los pacientes en la sala de urgencias y en las diferentes unidades, explica el coordinador.

Como en el resto de grandes hospitales en Bélgica, la curva ascendente de ingresos vinculados al COVID-19 es seguida "muy, muy cerca" por el personal sanitario del Erasme, con el objetivo en mente de adaptar las llegadas para no estar "abrumados".

Pese al aumento de contagios en los últimos días, hasta un total de 6.235 casos confirmados el jueves y 220 muertes, las autoridades sanitarias no pueden predecir con precisión cuando llegará el pico, previsto para "las próximas semanas".

"La pandemia golpea nuestro país y sabemos que todavía no ha llegado el pico. Es una realidad", declaró el jueves la primera ministra belga, la liberal Sophie Wilmès, al frente del gobierno de este reino de 11,4 millones de habitantes.

Jean-Michel Hougardy, director del hospital Erasme que cuenta con unas mil camas en el sur de Bruselas, estima que el crecimiento parece "controlado", pero reconoce a la AFP que enfrentarán "dificultades" y que harán "todo lo posible si la situación se degrada".

- No solo mascarillas -

Este centro universitario ya creó el mes pasado una primera unidad de 15 camas consagrada al cuidado de los enfermos de COVID-19 y dispuso otras 29 camas en otra ala del edificio a mediados de marzo, con sus respectivas normas de higiene.

A continuación, se liberaron otros lugares para pacientes con el coronavirus y su número total ascendía el jueves a 69 enfermos hospitalizados en estas zonas, sin contar a los 16 que se encuentran en cuidados intensivos.

"Vamos adaptándonos dinámicamente a las llegadas", según la vocera del hospital, Pauline Mignon. "Hemos acelerado las renovaciones [de las unidades] que ya estaban previstas", agrega.

El hospital Erasme tampoco escapa a la polémica sobre la falta de medios para proteger al personal sanitario.

"Poder protegerlos es esencial y esto no se limita a las mascarillas", asegura el doctor Hougardy, evocando también una falta de medicamentos y de pruebas de detección del virus.

El miércoles por la noche, el gobierno anunció su intención de alcanzar "en los próximos días" las 10.000 pruebas diarias, contra las 2.000 actuales.

bur-mad/tjc/mb