Duque destaca disciplina de colombianos en primer día de confinamiento general por pandemia

Compartir
Compartir articulo

Las autoridades de Colombia, el tercer país más poblado de América Latina, destacaron el comportamiento de sus habitantes en el primer día de confinamiento general obligatorio para intentar frenar la pandemia del COVID-19, que deja cuatro muertos y 470 casos desde el 6 de marzo.

El presidente Iván Duque resaltó el comportamiento de la mayoría de sus 48 millones de habitantes en una experiencia inédita, que en principio regirá hasta el 13 de abril.

"Hoy ha sido un día de un gran comportamiento de todos los colombianos, que han entendido la importancia de esta cuarentena nacional", dijo el mandatario en la sede de gobierno. "Hay una gran conexión de responsabilidad y de disciplina en los colombianos".

La medida fue atendida por "un altísimo porcentaje" de la población, según el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, quien lideró el despliegue de cerca de 60.000 soldados y policías encargados de hacer cumplir el aislamiento y vigilar hospitales, mercados y fronteras.

Las autoridades reportaron 1.930 sanciones por incumplimiento del decreto de cuarentena en todo el territorio de la cuarta economía latinoamericana. Además de multas, quienes violen la medida se exponen a prisión.

Los colombianos pueden salir de sus casas solamente para abastecerse, por asuntos de fuerza mayor o si trabajan en servicios de salud, mercados, entidades financieras o servicios públicos, entre otros. La prensa también puede movilizarse.

- Algunas aglomeraciones -

Aunque las autoridades destacaron el cumplimiento del aislamiento, en algunos lugares se observaron aglomeraciones, principalmente de personas que viajaban a sus trabajos o hacían filas para mercar.

En Soacha, un municipio vecino a Bogotá donde viven unas 630.000 personas, miles de personas usaron el transporte público para trasladarse a trabajar, muchos de ellos a la capital, constató un reportero de AFP.

"Solo hay que salir bajo medidas excepcionales, como por ejemplo conseguir alimentos", consideró Andrés Bejarano, quien regresaba de laborar.

Villa Rosario, en la frontera con Venezuela, fue "militarizada" para frenar a miles de venezolanos que a diario ingresan por pasos irregulares para abastecerse ante la crisis económica de su país, explicó el alcalde Eugenio Rangel.

Como parte de la batería de medidas para frenar la enfermedad, Colombia ordenó clausurar fronteras, además de prohibir los vuelos comerciales, restringir las reuniones masivas y la movilización de los mayores de 70 años, el sector más golpeado por la enfermedad.

Más de la mitad de los colombianos se había anticipado a lo dispuesto por Duque y se acogió el fin de semana al confinamiento propuesto por la alcaldesa de Bogotá, la opositora Claudia López.

La capital, de unos siete millones de habitantes, lució vacía aunque con filas en las afueras de mercados y algunos tumultos en el centro, que concentra sedes de entidades públicas y privadas.

Las escenas contrastaron con las ocurridas la víspera, cuando decenas de trabajadores informales, que pedían ayudas, chocaron con la fuerza pública y la terminal de transportes se colmó con personas que buscaban salir de la ciudad.

En un país en el que más de la mitad de las personas trabajan en la informalidad, el gobierno anunció alivios económicos para los más pobres y con precariedad laboral, incluyendo un pago único de 48 dólares a tres millones de familias, devolución del IVA y subsidios adicionales.

Con la entrada en vigor del aislamiento, Colombia se sumó a países de la región como Argentina, Bolivia y El Salvador, que restringieron totalmente la movilización de sus ciudadanos.

En todo el mundo, cerca de 3.000 millones de personas -más de un tercio de la humanidad- han sido instadas a confinarse ante el COVID-19, que deja 450.000 contagios detectados en todo el planeta y más de 20.600 muertos, con neta mayoría en Europa, según un conteo de AFP.

raa-lv/dga