¿Corte de pelo loco? Estadounidenses confinados prueban un cambio de imagen

Compartir
Compartir articulo
Selfies de Ed Maudlin tomadas antes y después de afeitarse la barba durante la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus en Indianápolis, Indiana, EEUU, el 24 de marzo de 2020. Ed Maudlin/Handout vía REUTERS
Selfies de Ed Maudlin tomadas antes y después de afeitarse la barba durante la cuarentena para evitar la propagación del coronavirus en Indianápolis, Indiana, EEUU, el 24 de marzo de 2020. Ed Maudlin/Handout vía REUTERS

Por Barbara Goldberg

NUEVA YORK, 26 mar (Reuters) - La esposa de Jacob Kunthara y sus tres hijos adultos nunca lo habían visto sin el bigote que usó por 45 años. Pero durante las medidas de aislamiento por el coronavirus esta semana, Jacob se afeitó en su casa de Arizona y se cubrió con una mascarilla, que se quitó en la cena para impresionar a su familia.

Fiona Riebeling de New Haven, Connecticut, usó un tenedor, una brocheta de barbacoa y unas tijeras para las uñas para transformar su estilizada y larga melena en un alegre flequillo.

En todo Estados Unidos, la orden de "quedarse en casa" por el COVID-19 sin un final a la vista ha sido entendida por muchos como una oportunidad única en la vida de experimentar con un estilo dramáticamente diferente, a sabiendas de que si la nueva imagen resulta un fracaso, tienen varias semanas encerrados para que les vuelva a crecer la melena o arreglarla.

"Esto es lo más radical que he hecho nunca", dijo Kunthara, de 62 años, un ingeniero civil cuya casa está a unos 40 kilómetros al sudeste de Phoenix.

Después de verse obligado a trabajar en casa durante una semana, Kunthara empuñó su navaja de afeitar el fin de semana pasado y luego se puso una mascarilla para realizar una plegaria familiar antes de la cena, que terminó con su impresionante "strip-tease" facial.

Riebling dice que tuvo que improvisar para lograr su corte de pelo después de ver un tutorial en YouTube y darse cuenta de que no tenía ninguna de las herramientas adecuadas.

"Estar en cuarentena quita mucha de la presión que normalmente sientes al salir en público, cuando debes preocuparte por tu apariencia", dijo Riebeling.

Cuando un centro de atención al cliente de Indianápolis mandó al personal a trabajar desde casa la semana pasada, Ed Maudlin, uno de los empleados, se rascó su barba tupida de años y pensó: "Me pregunto qué apariencia tendré sin esto".

Sabiendo que sólo su novia y con quien eligiera compartir sus fotos de manera online lo verían antes de que su oficina reabriera en "al menos un mes", Maudlin se afeitó esta semana la barba y la cabeza.

"Opté por un cambio radical: nadie lo sabrá", dijo Maudlin, de 45 años, ya que espera que el vello facial y el de la cabeza vuelvan a crecer para cuando regrese a una oficina compartida.

"Me imagino que cuando salga tendré pinta de que me hace falta un pequeño corte de pelo en lugar de parecerme a Tom Hanks en la isla", añadió Maudlin, en referencia al papel del actor en la película de 2000 "Náufrago".

(Reporte de Barbara Goldberg en Nueva York; editado por David Gregorio; traducido por Andrea Ariet en la Redacción de Gdansk. Editado por Lucila Sigal)