El coronavirus sume al pelotón ciclista en la impaciencia

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El vértigo ante lo desconocido golpea al pelotón ciclista, en parón forzoso y sin competiciones por la pandemia del coronavirus, frente a un futuro incierto que no permite hacer muchos planes.

"Para los corredores, el auténtico problema es la falta de visibilidad", resume Cedric Vasseur, exmaillot amarillo del Tour de Francia y actual patrón del equipo Cofidis, que considera "legítima" la prohibición de poder circular por la carretera para los ciclistas, una medida que afecta a varios países que son potencias tradicionales del ciclismo, como Francia, España o Italia.

La situación supone contrastes en el seno de los equipos de élite, con planteles con ciclistas de varias nacionalidades. En el Groupama-FDJ, Marc Madiot tiene a sus órdenes a un sueco y a un lituano ("que pueden todavía circular", explica), pero también a un australiano que vive en España y que se encuentra, por lo tanto, confinado en su domicilio. Igual que los numerosos corredores residentes en Andorra, como el francés Julian Alaphilippe.

"Estamos esperando el final del confinamiento", afirma Alaphilippe, que intenta mantener la forma en casa. "Es difícil entrenarse, necesitamos un objetivo, una meta", apunta.

"Mientras que no tengamos derecho a ir a la carretera y sigamos confinados en casa, como es ahora absolutamente necesario, es complicado pensar en tener una forma física duradera y prepararse para los grandes eventos", confirma otro ciclista galo, Romain Bardet.

"Esperamos quizás correr de nuevo en junio. Es algo muy hipotético, pero hay que agarrarse a algo si queremos continuar motivándonos", añade Bardet, que como sus compañeros del AG2R La Mondiale está en pausa desde la París-Niza.

- "Necesitamos una cuenta atrás" -

"Hemos programado un periodo de semidescanso", explicó a la AFP el patrón del AG2R La Mondiale, Vincent Lavenu.

"Vamos a retomar los entrenamientos colectivos la próxima semana a partir de una plataforma, con entrenamientos en casa por internet. Tenemos cuatro entrenadores en el equipo y cada corredor tendrá su programa fijado. Esto no sustituye las salidas (a la carretera), pero intentamos adaptarnos", explica.

El belga Oliver Naesen ha sido una excepción y realizó la pasada semana una espectacular pedalada de 365 kilómetros, en compañía de un especialista en pruebas de larga distancia.

En su país ese tipo de salidas a la carretera están autorizadas. Una docena de horas a más de 30 km/h permitió a Naesen liberar su frustración por no poder competir en la temporada de clásicas, su parte favorita de la temporada.

"Tenía que ocupar la cabeza", reconoció Naesen, consciente de la gravedad de la situación. "El momento es difícil para todo el mundo", añadió el ciclista belga, cuya novia es farmacéutica.

En Colombia, Nairo Quintana quedó en asilamiento durante nueve días en un hotel, tras su regreso de la París-Niza.

"Ahora está confinado como los demás colombianos por un plazo de diecinueve días", precisó a la AFP Emmanuel Hubert, el responsable de su equipo Arkea-Samsic.

"Lo más difícil es no saber cuándo vamos a volver", afirma Marc Madiot. "Necesitamos, seamos deportistas o no, una cuenta atrás. Y eso por ahora es imposible", sentencia.

jm/chc/dr/mcd