Con la librerías cerradas, se disparan las ventas en línea de libros en Italia

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Los italianos que llevan diez días confinados en sus casas pueden salir a comprar cigarrillos, perfumes, móviles y televisores, pero encuentran las puertas de las librerías cerradas, por lo que se han disparado las ventas en línea.

"Las librerías están cerradas, pero las ventas en línea no paran, con repartidores en movimiento y los empleados haciendo paquetes", comenta Paolo Ambrosini, librero de Verona (cerca de Venecia, norte) y presidente de la Asociación de librerías italianas (Ali).

"¡Si el libro es considerado un producto no necesario, entonces hay que bloquear las ventas en todas partes!", protesta.

Las librerías contactadas por AFP no cuestionan el decreto gubernamental del 10 de marzo que ordena el cierre de la mayoría de las tiendas no esenciales y autoriza la apertura de supermercados para frenar la propagación del virus en toda la península.

Se quejan más bien de la distribución masiva a través de internet, de la competencia desleal.

El gigante editorial italiano Mondadori admitió que el cierre de sus cerca de 600 librerías había sido "compensado en parte por el fuerte aumento de ventas en línea, de más del 50%".

Consultada por la AFP, la plataforma de ventas por internet Amazon en Italia no quiso revelar cifras.

"Para las librerías independientes, el cierre programado hasta el 3 de abril es un desastre", lamenta Umberto Panerai, un librero de Florencia, Toscana.

"Los quioscos o supermercados pueden vender libros diarios y revistas y hasta las perfumerías permanecen abiertas", recalca.

"Los jóvenes, enclaustrados en casa frente a sus computadoras, han aumentado los pedidos en línea de libros para sus cursos a distancia", explicó el librero florentino.

Gabriella Guaiti Becarelli también está muy ocupada en la parte trasera de su librería en Siena, Toscana, por haber dado su disponibilidad en las redes sociales.

- Sector frágil -

Las primeras medidas de ayuda para las empresas fueron adoptadas el miércoles pero la industria del libro no ha sido mencionada.

Marie-Eve Venturino, quien desde hace tres años dirige la histórica librería francesa en el corazón de Roma, subraya que "la economía de las librerías independientes es muy frágil, casi no obtienen ganancias".

En Francia, "el sector recibe subsidios. En Italia no. Estar cerrados más de un mes puede ser fatal para nosotros", asegura.

"El gran ganador seguirá siendo Amazon, capaz de repartir papel higiénico, comida y libros", asegura.

De todos modos los libreros reconocen que hubiera sido difícil permanecer abiertos en ciudades desiertas.

Según Venturino, la vocación del librero "no es servir un libro con guantes de plástico y una mascarilla en la cara, limitar el acceso y desinfectar el mostrador con alcohol".

Algunas librerías han negociado el derecho de enviar a domicilio libros, como ocurre con los vendedores de pizza.

En Belluno, al norte de Venecia, un alcalde sensible a la lectura autorizó el lunes a cinco libreros de la ciudad, de 27.000 habitantes, la entrega de libros.

"La lectura es algo fundamental, abre el corazón, el espíritu, te pierdes en otros mundos y no en el que vivimos actualmente", admite Alessandro Tarantola, presidente de los libreros de la provincia de Belluno.

Gracias a la autorización del alcalde, está encerrado en su librería para atender llamadas y organizar la entrega personal de libros, usando una máscara y guantes.

Tarantola ha entregado alrededor de quince libros. "De todo un poco, los clientes piden novelas que acaban de salir o libros recomendados por sus maestros a sus hijos", cuenta.

Entre los libros más solicitados figuran los clásicos que hablan de ... epidemias, como "La peste" de Albert Camus o las obras de Alessandro Manzoni, cuyas tramas también hablan de plagas históricas.

El virólogo italiano Roberto Burioni también está obteniendo un gran éxito con el lanzamiento de su ensayo: "Virus, el gran desafío".

cm-kv/mar