Pescadores hondureños del Pacífico golpeados por mortandad de mariscos

Compartir
Compartir articulo

La hondureña Ana Luisa Mendieta desembarcó de su lancha en la isla Güeguense, como todas las madrugadas, pero esta vez quedó impactada ante la mortandad de mejillones, ostras, curiles y otros mariscos que descubrió entre los manglares del Golfo de Fonseca.

Esos mariscos eran la fuente de ingresos y sustento de muchos pescadores en el golfo que Honduras comparte con El Salvador y Nicaragua en el Pacífico.

"Me dieron ganas de llorar", contó a la AFP Mendieta (43), coordinadora de la Empresa de Servicios Múltiples de Mujeres Marisqueras (Esmumar), mientras recogía con dolor las conchas de los crustáceos muertos.

Lamentó que no haya una explicación científica sobre las causas de la mortandad de los camarones, langostas, jaibas y peces en un puñado de islas que sirven de refugio a una gran biodiversidad marina.

En la costa del Pacífico, desde el sur de México hasta Costa Rica, se extiende el denominado Corredor Seco Centroamericano, una zona golpeada por la sequía que se ha agudizado cada año por el fenómeno climático "El Niño".

"Toda mi vida me he dedicado a la extracción de almejas para poder alimentar a mis hijos", comenta Ana. Al desaparecer la fuente de ingresos "hemos llegado al extremo de querer emigrar", reconoce, en alusión a una caravanas de miles de centroamericanos que desde el año pasado han intentado llegar a Estados Unidos.

- Sin explicación -

"Durante nuestra existencia no habíamos visto este tipo de problemas", admite el pescador Edilberto López, 57 años. "Fuimos a la isla Exposición a extraer almejas para consumir y vender pero nos encontramos con que estaban muertas".

"Pensamos que pudiera ser por el cambio de temperaturas o químicos usados en los cultivos" de caña de azúcar, melones, sandías y otros productos de exportación en las zonas aledañas al mar, añadió López.

El producto de la recolección era vendido en restaurantes locales donde preparaban platillos muy apetecidos por turistas, lo que dejaba ingresos de hasta 1.200 dólares mensuales a cada pescador, dice Zenaida Martínez, de 39 años y miembro de Esmumar.

El activista del no gubernamental Comité de Protección del Golfo de Fonseca Saúl Montúfar dice a la AFP que el gobierno envió a la zona al biólogo mexicano Jesús Gutiérrez, de la Universidad de la Paz, Baja California, a recolectar muestras. Aún esperan los resultados.

- Más de 12.000 afectados -

Montúfar explicó que al menos 28 comunidades hondureñas están afectadas por la mortalidad de los mariscos, que empezó a notarse en noviembre pasado en la costa de El Salvador, y luego se extendió a Honduras y Nicaragua.

Montúfar estimó que hay unos 2.000 extractores de mejillones, almejas y curiles, además de 10.000 pescadores artesanales que cuando regresaban de alta mar sin producto se sumaban a la captura de crustáceos.

En El Salvador la prensa local estima en unas 2.000 las personas que también perdieron el sustento a causa de la muerte de los mariscos.

"Se hicieron muestras de agua (...) y está en los rangos normales", lo que genera más incertidumbre sobre las causas, sostiene Montúfar.

Advirtió que la pérdida de mariscos impactará a las aves marinas como gaviotas, pelícanos, cigüeñas, garzas y piches por falta de alimentos.

El ambientalista lamentó la "desidia" de las autoridades, que han visto con indiferencia la crisis que atraviesan los pobladores, quienes urgen de ayuda alimentaria.

El director de Sanidad Animal del Ministerio de Agricultura, Juan Ramón Velásquez, dijo a la AFP que determinar las causas de la mortandad será un proceso complejo que tardará un tiempo indeterminado.

Informó que con las muestras recolectadas por el biólogo mexicano se determinará si la mortalidad pudo ser causada por bacterias, virus, o si habría que hacer "otras consideraciones".

nl/mas/ll