Aislados por el coronavirus, los jóvenes italianos ponen al mal tiempo buena cara

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"Salí a correr en solitario y vi a un anciano, me detuve lejos de él, por él, no por mí", confesó Claudia, de 18 años. Como la mayoría de sus compatriotas, los jóvenes italianos tratan de cumplir las rígidas medidas de precaución y ponen al mal tiempo buena cara.

Se trata de la primera vez que se le solicita a toda una generación de europeos, que no ha padecido la guerra ni vivido las hambrunas de otros continentes, un sacrificio tan personal e íntimo.

Desde el 8 de marzo las autoridades ordenaron el confinamiento de 60 millones de italianos, aunque el cierre de escuelas y universidades se había establecido cuatro días antes, dejándolos sin vida social.

"Yo no salgo, ni visito a mi madre, porque tiene más de 70 años y no quiero que se contagie", confiesa Ludovica, hija única, de 30 años y recién graduada en biología, desde su pequeño apartamento romano.

La vida de Claudia, Ludovica, Sara, Luca, Martina, Fabrizio, Andrea, Tommaso, se ha transformado, comunican a través de internet, en ocasiones ríen, en otras comentan las noticias, toman conciencia de la situación.

Algunos se organizan para hacer compras para los vecinos mayores, otros pasan horas enteras pegadas al computador, tienen citas para diferentes actividades on-line, gimnasia, baile, comidas virtuales gracias al video-llamadas con el móvil y muchos flash-mobs desde el balcón.

- La apretada agenda de la cuarentena -

En un video divertido, un joven al teléfono consulta la "agenda de la cuarentena 2020" muy llena de citas, rigurosamente virtuales y le propone al interlocutor: "¿Nos ponemos cita para la otra vez que llegue el fin del mundo?".

"Al principio no adhería, ahora me gusta formar parte de un colectivo", confiesa Andrea, que aplaudió desde su balcón a mediodía a los médicos y enfermeros por su labor heroica, cantó el himno del club de fútbol Roma a las 18h00 y a las 21H00 apagó las luces de casa para iluminarla con la del móvil.

"Esta noche toca cantar una de esas magníficas baladas italianas: Volare de (Domenico, ndr) Modugno", anuncia.

Si algunos ríen, otros se angustian.

"Yo le quité el perro a mi padre, es que es ya mayor, para que no salga tres veces al día a la calle. Morir de coronavirus es la muerte más horrible, sin ningún familiar cerca y por asfixia", comenta aterrado Luca.

Como muchos jóvenes, sabe que no forma parte del colectivo con mayor factor de riesgo y por ello ha optado por hacer algo por los que pueden pasarlo peor con el virus.

Si al inicio parecían aburridos, han encontrado la manera de llenar su tiempo con tareas para hacer en casa, cuidando hermanos pequeños, parientes y en últimas con ellos mismos, desarrollando los propios talentos.

- "Rebibbia Quarantine" -

Entre los más interesantes y creativos y que ha brillado en estos días está la historieta animada del célebre dibujante italiano Zerocalcare que cuenta en Telegram la vida cotidiana en los tiempos de la cuarentena.

Bajo el título "Rebibbia quarantine", narra como en un cómics, con mucha ironía, la vida en su barrio periférico, Rebibbia, frente a la cárcel, telón de fondo de sus aventuras diarias, que comienzan con la larga fila para entrar en el supermercado respetando la distancia obligatoria.

"¿Horas de fila y sin celular? No!! Prefiero irme a lamer todas las manijas del hospital Spallanzani" (especializado en virus), confiesa con su habitual tono sardónico el protagonista.

Mientras la generación de treintañeros respeta más las restricciones, los adolescentes tienden a protestar.

"Tal vez salga a ver a un amigo pero tengo miedo de los controles policiales, no sé cómo podría explicar mi presencia en la calle", confiesa Luka.

Según el Laboratorio Adolescenza, una asociación que realiza investigaciones sobre adolescentes, el 86% de los que respondieron a un cuestionario en línea cree que las instrucciones emanadas por el gobierno son justas.

Twitter está lleno de testimonios de los jóvenes bajo el tema "Me quedo en casa".

Buena parte de ellos batallan sobre todo por los padres y abuelos.

"Si crees que la vida de nuestros abuelos vale menos que la tuya, no tenemos nada más que decirnos", sentencia Aura en twiter.

"Ayer salí a dar un paseo, quería ver a mi novia. Nos dimos el último beso en mucho tiempo", reconoce desconsolado Fabio.

bur-kv/mar