Un bebé de un año que se encontraba hospitalizado murió por las quemaduras que le provocó la explosión de un camión cargado con gas licuado el 23 de enero en Lima, informó el Ministerio de Salud.
El menor no sobrevivió a las graves quemaduras en su cuerpo, a pesar de los intentos por salvarle la vida en el Instituto Nacional de Salud del Niño, donde estaba internado desde el siniestro.
Con este deceso, se elevaron a 33 las víctimas mortales del accidente, entre ellas 11 niños. Todavía permanecen hospitalizados unos 10 pacientes con extensas quemaduras.
La explosión, ocurrida cerca de la Villa de los Juegos Panamericanos de 2019, se originó por una fuga de gas desde el depósito del camión. Las llamas alcanzaron a medio centenar de personas y destruyeron 15 casas y varios autos.
Por ahora, la fiscalía acusa por esta tragedia solamente al conductor del camión, Luis Guzmán, de 74 años y padre del dueño de la empresa distribuidora de gas.
El cuerpo de bomberos indicó que el estallido ocurrió 10 minutos después de que comenzara la fuga de gas, por lo que hubo tiempo para que la gente se alejara del camión, pero muchos vecinos se quedaron por curiosidad o para grabar videos con sus celulares.
El gobierno puso en marcha un programa de reconstrucción de las casas destruidas.
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