Italia se blinda por el coronavirus, Roma sin turistas ni estudiantes

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Roma amaneció desierta este jueves sin turistas ni estudiantes, el retrato de un país blindado y aterrado frente al brote de coronavirus después de las medidas extraordinarias adoptadas por el gobierno italiano con el cierre inédito de escuelas y universidades.

En total ocho millones y medio de estudiantes deberán permanecer en casa hasta mediados de marzo, una medida sin precedentes para evitar que se propague el virus y colapse el sistema de salud público.

Las rejas de uno de los colegios públicos más prestigiosos de la capital, el Liceo Visconti, en el corazón de Roma, no fueron abiertas y la plaza de acceso donde se suelen concentrar decenas de adolescentes estaba vacía.

Lo mismo ocurría en otro colegio histórico, el Julio César, donde la rectora, Paola Senese, preparaba la manera de garantizar lecciones por internet en un edificio deshabitado con el sólo personal administrativo.

"La enseñanza está suspendida, por eso estamos tratando de ayudar a los profesores para que tengan todas las informaciones y consejos para mantener el lazo didáctico con los estudiantes", explicó a la AFP-TV.

El cierre de guarderías, escuelas primarias, colegios, escuelas secundarias y universidades no tiene precedente en la historia de Italia, ya que algunos han recordado que las clases continuaron incluso durante la Segunda Guerra Mundial pese a los bombardeos de los aliados.

Las medidas fueron anunciadas por el primer ministro Giuseppe Conte y explicadas a través de un video-mensaje y han tenido repercusiones a nivel social y económico y en el estado de ánimo de la gente.

"Nos organizamos con los padres con turnos, tratamos de ayudarnos para disminuir los inconvenientes por el cierre de las escuelas", reconoce la abogada Roberta Pregolini, de 43 años, una de las pocas madres que caminaba por la ciudad con sus dos hijos de 8 y 5 años y un tercer compañero.

- Confiar en las medidas -

"La medida va a ser eficaz si dura lo suficiente", advirtió por su parte Walter Ricciardi, experto italiano de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que asesora al gobierno.

"Hay que confiar en esas medidas, son justas", comentó el joven médico Carlo Previte, que elogió el grupo de expertos que asesoran al gobierno.

Las autoridades estimulan la educación a distancia y estudian indemnizaciones para las familias con hijos menores.

El gobierno también trata de frenar la propagación del virus para que el sistema nacional de salud no se sobrecargue.

"En caso de crecimiento exponencial, no solo Italia sino cualquier país del mundo está en condiciones para enfrentar una emergencia" de ese tipo, explicó Conte un día antes.

Además de las escuelas, todas las competiciones deportivas, incluidos los partidos de fútbol, deberán disputarse a puerta cerrada en Italia hasta el 3 de abril.

También recomendó que las personas mayores y frágiles se queden en casa.

Conte también instó a todos los italianos a limitar los contactos sociales, mantener una distancia de un metro con las personas, lavarse las manos con frecuencia, estornudar en el codo y evitar abrazos y besos.

Todas esas normas han sido distribuidas en los centros educativos, donde los jóvenes las han acogido al parecer con serenidad.

"Tenemos más tiempo libre, se puede estudiar más, pero se pierden clases importantes", confesó Fabio, de 12 años, preocupado por su año escolar.

Las autoridades desean evitar las concentraciones multitudinarias cuando sea posible y que los partidos de fútbol se celebren a puerta cerrada.

Numerosas ferias, congresos y eventos han sido postergados y anulada la ópera Turandot, programada para finales de marzo y principios de abril en Roma, con la escenografía del artista chino Weiwei.

Las calles y callejuelas del casco histórico de Roma, generalmente llenas de gente y turistas, estaban casi desiertas.

Se puede acceder a los museos sin largas filas y muy poca gente pasea alrededor de monumentos como el Coliseo o el Panteón.

"Parece la Roma de hace 40 años", comentó Luigi, un viejo camarero romano del barrio Trastevere.

kv/eg