El juego de pistas detrás del paciente para tratar de frenar el coronavirus

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Con el fin de contener la propagación del coronavirus, las autoridades sanitarias llevan a cabo investigaciones meticulosas que pueden involucrar a decenas de personas: se trata de hallar a quienes estuvieron en contacto con los infectados y asegurarse de que no contagien a otras a su vez.

En Francia, por ejemplo, tras el anuncio de nuevos casos el miércoles, el ministerio de Sanidad indicó haber abierto "de manera inmediata una investigación epidemiológica en profundidad para identificar y contactar a todas las personas que estuvieron en contacto directo" con los 18 pacientes infectados hasta ahora, entre ellos dos que murieron.

"El objetivo es contener la epidemia rompiendo las cadenas de transmisión", explica a la AFP Bruno Coignard, de la agencia sanitaria Salud Pública Francia, encargada de gestionar estas pesquisas.

Se trata de "protocolos estandarizados" que son objeto de debate constante entre países, bajo la égida de la OMS. Esta metodología ya funcionó con otras epidemias como el SRAS en 2002-2003, el MERS en 2012-2013 y el Ébola en 2014 y es conocida como "contact tracing" (rastreo de contactos).

Todo empieza con un interrogatorio del paciente para identificar a las personas con las que estuvo en contacto mientras era contagioso. Una vez identificadas, los epidemiólogos las contactan y las clasifican según tres niveles de riesgo: nulo/insignificante, bajo, moderado/elevado.

El más alto corresponde a "los contactos directos, cara a cara, a menos de un metro y durante un lapso suficientemente largo, de 10/15 minutos", según Coignard. Es por ejemplo el caso de una pareja.

En cambio, el nivel más bajo corresponde al personal médico bien protegido o a personas que "tuvieron contactos muy ocasionales y furtivos" con el enfermo. "Si se cruzan en la calle, no hay motivos para pensar que haya habido transmisión", añade este experto.

El nivel intermedio depende del criterio del epidemiólogo.

- Confinamiento -

En función de su nivel de riesgo, las personas concernidas reciben instrucciones.

Para la categoría más elevada, se les pide quedarse en casa, tomarse la temperatura dos veces al día y avisar a las autoridades sanitarias si presentan síntomas. Estas por su parte las contactan cada día para asegurarse de que hay un seguimiento activo.

En Francia, existe un dispositivo de indemnización para compensar el confinamiento a domicilio.

Las que se encuentran en un nivel intermedio también deben tomarse la temperatura dos veces al día y avisar en caso de síntomas, pero pueden salir de casa.

Para estas dos categorías, el seguimiento se prolonga 14 días, lo que se calcula es la duración máxima del periodo de incubación.

En cambio, las personas con un riesgo nulo o insignificante no deben hacer nada en especial.

Entre familiares, amigos, vecinos en un avión, personal médico... estas investigaciones pueden involucrar a "varias decenas" de personas y movilizar a muchos profesionales, según Coignard.

Todo depende de la rapidez de detección de un caso positivo y del número de personas que estuvieron en contacto con el enfermo.

Se pueden dar "situaciones muy diferentes, con pacientes que contaminan a muy pocas personas y otros que contaminan a muchas", según Daniel Lévy-Bruhl, de la agencia Salud Pública Francia.

"Es muy variable, depende de la cantidad de virus que excretan, de su vida social entre el momento que empezaron a presentar síntomas y el momento en que se aislaron", asegura.

Pero este dispositivo bien anclado en los países desarrollados es cada vez más difícil de aplicar a medida que aumentan los casos.

Si la enfermedad alcanza un gran número de personas, "no contaremos con los recursos suficientes para seguir a todos los enfermos ni aislar a todos los contactos", según el doctor Simon Cauchemez, del Instituto Pasteur de Francia.

pr/abb/app/zm