En un Irak sacudido por las revueltas, los ministerios y cargos políticos "en venta"

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La justicia iraquí está investigando si hubo ministros que pagaron por acceder al cargo, una muestra más de la brecha abierta entre los dirigentes y los ciudadanos, que llevan cuatro meses manifestándose contra la corrupción y el nepotismo de los partidos.

Desde la caída de Sadam Husein, en 2003, se han constituido cuatro gobiernos y, en cada ocasión, han cundido rumores parecidos. Sin embargo, esta es la primera vez que la justicia iraquí decide abrir una investigación.

El primero que hizo saltar las alarmas fue el comentarista político Ibrahim al Sumeidi, próximo al primer ministro Mohamed Alaui, que tuiteó que un partido había propuesto al responsable 30 millones de dólares para conseguir un ministerio.

- "¿Quién quiere comprar?" -

Poco después, el diputado Kazem al Sayadi -partidario del ex primer ministro Nuri al Maliki, un firme opositor de Alaui- apuntó en Twitter: "El ministerio de Petróleo vale hoy 10.000 millones de dinares [7,7 millones de euros]. ¿Quién quiere comprarlo? Hay puestos en venta".

Con una diligencia inédita, la justicia interrogó a Sumeidi y pidió que se levantara la inmunidad parlamentaria de Sayadi para interrogarlo, si bien este borró su tuit.

Por otro lado, el contexto iraquí actual está lejos de ser neutral: desde el 1 de octubre, el país se ha visto sacudido por una revuelta sin precedentes, motivada principalmente por el hartazgo de la población debido a la corrupción.

Casi 550 personas perdieron la vida y 30.000 resultaron heridas, manifestantes en su mayoría, y el gobierno tuvo que dimitir.

Ahora se está negociando el futuro gobierno, que tendrá que trabajar duro para ganarse el favor de la ciudadanía, que sigue indignada. Pero eso no quita que los políticos sigan estando apegados a vicios del pasado, explicó Hisham al Hashemi, experto en cuestiones de seguridad.

Algunos pagan a los políticos para que intercedan en su favor; otros recurren a los partidos para que los nombren al frente de ministerios, señaló.

Y la táctica para hacerlo parece estar bien engrasada: "los jefes de partidos proponen dos modos de pago a los candidatos al puesto de ministro: un pago único al principio del mandato, de cuatro años, o un pago fragmentado en cuatro partes, una por año", indicó a la AFP.

Unos gastos impresionantes que podrían complicar además las negociaciones actuales, pues los partidos que "compraron" un ministerio a finales de 2018 no quieren perderlo al cabo de tan solo 16 meses. Una mera cuestión de rentabilidad.

"El jefe de nuestro partido advirtió al primer ministro nombrado de que ya teníamos intereses en algunos ministerios y no podíamos dejarlos", declaró a la AFP un político, que pidió permanecer en el anonimato. "Así, debería nombrarse a alguno de nuestros allegados para esos ministerios".

Por ello, aseguró un responsable ministerial a la AFP, la promesa de Alaui de que se rodeará de independientes podría quedarse únicamente en el papel.

Pues, aunque "los partidos decidan seguirle la corriente y dejar los puestos de ministros a independientes", luego "se acercarán a ellos para decirles que son ellos quienes dirigen los ministerios", sostuvo.

- Ni aislado, ni reciente -

Con todo, lo más importante, señalan los expertos, no es el cargo en sí, sino lo que trae consigo, comenzando por el reparto de puestos de trabajo y el acceso a los contratos públicos.

En diciembre, un diputado reclamó que el ministro de Industria fuese interrogado, acusándolo de reservar contratos públicos a un grupo privado con el que estaba parcialmente vinculado.

Pero, ironías de la vida, ese mismo diputado está finalmente cumpliendo una pena de seis años de cárcel por haber aceptado un soborno la víspera de ese interrogatorio, para que se anulara.

Por su parte, un responsable de la Comisión gubernamental de lucha contra la corrupción destacó que la mayoría de partidos en el poder poseen una sección económica "encargada de conseguir contratos comerciales para empresas que les pertenecen o que están relacionadas con ellos".

Alaui se refirió a ese tema el día de su nombramiento, y prometió "disolver las secciones económicas de las facciones políticas", un fenómeno que no es ni aislado ni reciente, sostiene el responsable anticorrupción.

"Los ministros de los grandes partidos reservan los contratos [públicos] a empresas próximas a sus formaciones. En general, se trata de estructuras huecas que nunca ponen en marcha esos proyectos", explicó.

Irak, uno de los países con más recursos petroleros del mundo, adolece desde hace décadas de cortes crónicos de agua y de electricidad. No se ha llevado a cabo ninguna obra importante -ni carreteras, ni puentes ni hospitales o universidades- en años, pese a los numerosos contratos firmados.

Desde 2003, según el Parlamento, 410.000 millones de euros se esfumaron en los laberintos de la corrupción, contratos ficticios y desvíos de fondos varios.

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