Número de muertos por epidemia de COVID-19 en China se aproxima a 1.400

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El número total de personas muertas en China por la epidemia de COVID-19 se aproximaba el viernes a los 1.400, al tiempo que Estados Unidos se quejaba por la falta de transparencia de Pekín en la administración de la grave crisis sanitaria

Las autoridades chinas anunciaron el viernes que en las previas 24 horas se habían registrado en la provincia de Hubei -cuna de la epidemia- otras 116 muertes, elevando el total en el país a 1.380.

En una jornada confusa, las autoridades chinas reajustaron a la baja los números de personas muertas y pacientes contaminados, al verificar que numerosos casos habían sido contados más de una vez.

Así, la Comisión Nacional de Salud removió 108 decesos de sus balances al descubrir "estadísticas duplicadas" en la provincia de Hubei, en el centro del país, pero no aportó más detalles sobre lo ocurrido.

Las mismas autoridades también removieron 1.043 casos de pacientes contaminados de los balances relativos a Hubei, luego de una "verificación".

Ante este cuadro, el número de personas contaminadas asciende a 63.851, siendo que al inicio del viernes ese total superaba los 64.000.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) formuló elogios a la forma en que las autoridades chinas enfrentan la epidemia, pero un alto funcionario de Estados Unidos se quejó por la falta de transparencia.

"Estamos un poco decepcionados porque no hemos sido invitados a sumarnos y también por la falta de transparencia de parte de los chinos", dijo a la prensa Larry Kudlow, un alto funcionario de la Casa Blanca.

De acuerdo con Kudlow, el presidente Xi Jinping le garantizó al mandatario Donald Trump que China aceptaría la ayuda estadounidense, pero añadió que "no nos dejan".

"Estamos más que dispuestos para trabajar en esto con la ONU (y) la OMS y no nos dejan. No sé cuales son sus motivos. Sé que aparentemente más y más personas están sufriendo allá", comentó.

- Nuevos criterios -

China anunció el jueves la adopción de nuevos criterios para realizar el conteo de personas contaminadas, y ello hizo dispararse el número total de afectados.

A partir del jueves los especialistas chinos pasaron a considerar como pacientes contaminados a personas "diagnosticadas clínicamente" mediante radiografías de pulmón, sin tener que esperar los resultados de laboratorio.

Ello le permite a los médicos chinos desplegar recursos para atender a más personas sin tener que esperar el fin de los complejos exámenes de laboratorio, pero desató cuestionamientos sobre la magnitud real de la epidemia.

Con el cambio de metodología de conteo, los especialistas chinos añadieron en un día 15.000 pacientes a las listas de personas contaminadas, y la propia OMS explicó que ello incluía casos de hasta tres semanas atrás.

El fuerte crecimiento de los números "no representa un cambio significativo en la trayectoria de la epidemia", dijo Michael Ryan, líder de los programas de emergencia en la OMS.

Según este experto, ya se verificó un atraso en la enorme cantidad de exámenes de laboratorio, y era necesario ofrecer atención especializada a pacientes con evidentes problemas pulmonares.

Tong Zhaohui, vicepresidente del hospital Chaoyang de Pekín, dijo en Hubei que "es mejor diagnosticar clínicamente y admitir pacientes, que dejar espacio a la duda".

Por su parte, en una conversación con el primer ministro de Malasia el presidente Xi destacó el jueves que los esfuerzos del gobierno para contener la epidemia han "alcanzado resultados positivos".

- Descontento popular -

El gobierno chino mantiene toda la provincia de Hubei, con sus casi 56 millones de habitantes, en una gigantesca cuarentena desde hace casi un mes, en una tentativa por contener la propagación del nuevo coronavirus.

Pero el intenso descontento de la población por la situación motivó el jueves el despido de los principales dirigentes del partido Comunista (PCC) para la provincia de Hubei y su capital, Wuhan.

A las autoridades chinas, sobre todo a las de esta región, se les reprocha una mala gestión de la crisis en especial cuando surgieron los primeros casos.

El descontento popular se transformó el 7 de febrero en clamor tras la muerte del oftalmólogo Li Wenliang, de 34 años, quien había formulado el primer alerta sobre la epidemia, gesto por el que fue amonestado públicamente por las autoridades.

En Vietnam, fronterizo con el gigante asiático, una ciudad de 10.000 personas cercana a Hanói fue puesta en cuarentena debido al COVID-19.

Y en Japón, una mujer de unos 80 años infectada con el nuevo coronavirus murió, con lo que el número de fallecidos fuera de China continental llega a tres, tras sendos decesos en Hong Kong y Filipinas.

Durante una reunión el jueves en Bruselas, los ministros europeos de salud abogaron por una mayor coordinación entre países del bloque y alertaron de posibles problemas de aprovisionamiento de medicamentos y de equipos de protección.

"Todos los Estados miembro tienen un plan de acción y un buen nivel de preparación", lanzó la comisaria de Salud, Stella Kyriakides. También aseguró que "hasta el momento no se señaló escasez de medicamentos".

China es un importante productor de principios activos, necesarios para la fabricación de medicamentos.

Fuera de China, se confirmaron más de 500 casos de contagio en 30 países. Hasta el momento no se han registrado casos en América Latina y África.

Un crucero estadounidense, al que se le prohibió atracar en cinco puertos asiáticos por temor al nuevo coronavirus, llegó este jueves a Camboya, donde los pasajeros comenzaron finalmente a desembarcar.

En cambio en Japón, la situación sigue siendo tensa a bordo del crucero "Diamond Princess", en cuarentena cerca de Yokohama (este): 218 personas están contaminadas, y se anunciaron 44 nuevos casos el jueves.

bur-lth/rox/je/mis-bl/bc/mb/ahg