Los mediadores independientes, nuevo rostro de la diplomacia mundial

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Desde niño, David Gorman decía que quería resolver conflictos y fomentar la paz, pero nunca se sintió atraído por la idea de convertirse en un diplomático que debe respetar y defender los intereses de su país. Su sueño se hizo realidad cuando pasó a trabajar como mediador independiente, un grupo pequeño y con perfil bajo pero en plena expansión.

Así pues, se unió al sector discreto pero en plena expansión de las oenegés y otros agentes independientes que actúan como mediadores en todo el mundo.

"Si no estamos vinculados a un gobierno, podemos ser imparciales, no estamos obligados a aplicar una política determinada", subraya Gorman, Director Eurasia del Centro para el Diálogo Humanitario (HD) de Ginebra, que cuenta con más de cincuenta mediadores.

"Si eres independiente, eres más creativo", afirma este estadounidense de 50 años a la AFP. Ante unas Naciones Unidas a menudo obstaculizadas por los intereses de sus Estados miembros, y ante los gobiernos, frívolos frente al riesgo, los mediadores independientes se imponen cada vez más. En muchos casos, "las Naciones Unidas no pueden hacer esto, los Estados no quieren hacerlo, es necesario algo más", subraya Gorman.

Criado en una familia mayoritariamente irlandesa y católica de Boston (noreste de Estados Unidos), estuvo marcado por el conflicto en Irlanda del Norte -su hermano se hizo un tatuaje del IRA-. También siguió de cerca las tensiones en Oriente y la crisis de los rehenes estadounidenses en Teherán "con la sensación de que el sistema no funcionaba".

Tras su formación como mediador independiente en Washington, tiene solo 24 años cuando realiza su primera misión en Israel y desde entonces no ha dejado de recorrer el planeta.

Veinte años atrás, se unió al Centro HD y a lo largo de los años participó en mediaciones en unos cuarenta conflictos. Hace dos años, la sede de la HD, en un parque tranquilo a orillas del lago de Ginebra, vio el nacimiento del anuncio de la disolución de la organización separatista vasca ETA, tras décadas de lucha armada.

-Como un laboratorio-

Los mediadores de HD, que trabajaron con la máxima confidencialidad durante los últimos 15 años, pudieron finalmente anunciar este éxito "que demuestra que este tipo de proceso puede dar resultados".

La discreción sigue siendo un valor fundamental, que permite los contactos informales entre adversarios. "Los protagonistas pueden experimentar. Es como un laboratorio", señala David Gorman.

Sin embargo, HD y otras organizaciones del mismo tipo pueden ser "negociadores débiles" debido a su escaso poder de presión. También pueden ser sospechosos de defender intereses ocultos o bien de espiar. "La gente se pregunta cuáles son nuestras motivaciones, nuestra agenda para interesarnos por un conflicto determinado", reconoce David Gorman, subrayando que una parte del trabajo consiste en demostrar "que el valor de lo que hacemos reside en la imparcialidad".

HD recibe financiación de la Unión Europea, Noruega, Alemania y Suiza, entre otros países, pero nada de Estados Unidos ni de otros estados que pueden tener un interés especial en los conflictos tratados. "La credibilidad es tan importante que si la pierdes, pierdes la confianza de las partes y todo se desmorona", subraya.

David Gorman participó en mediaciones en unos 20 conflictos, en particular en Filipinas, Birmania, Libia y Sierra Leona.

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