El arzobispo de Canterbury, Justin Welby, líder espiritual de los anglicanos, afirmó en un sínodo general de la Iglesia de Inglaterra que esta ha sido "profundamente racista a nivel institucional" y pidió disculpas a las minorías discriminadas.
Los clérigos anglicanos adoptaron el martes por la noche "por unanimidad" una moción para "pedir perdón por el racismo consciente e inconsciente que sufrieron innumerables anglicanos negros, asiáticos y otras minorías étnicas en 1948 y los años siguientes, cuando buscaban un hogar espiritual" en su seno.
"Hemos dañado a la Iglesia, hemos dañado la imagen de Dios y, sobre todo, hemos dañado a quienes victimizamos, a menudo inconscientemente", dijo Welby, declarándose "avergonzado" y "arrepentido".
En junio de 1948, el transatlántico "Empire Windrush" llevó a casi 500 ciudadanos de la Commonwealth, en su mayoría del Caribe, al Reino Unido, dando inicio a lo que se conoció después como la "generación Windrush".
Con los años, casi medio millón de caribeños llegaron al país para ayudar como ciudadanos británicos a reconstruir el Reino Unido tras la Segunda Guerra Mundial.
Durante el sínodo, el reverendo Andrew Moughtin-Mumby relató cómo la familia de una de sus feligresas, que en 1961 vio su acceso negado a una iglesia del sur de Londres "por el color negro de su piel", "sufrió un horrible y humillante racismo que todavía afecta a su relación" con la institución.
Denunciando un "escándalo", este reverendo pidió un "cambio concreto".
El consejo de arzobispos pidió oficialmente que se lleve a cabo una investigación para "evaluar el impacto de esta situación en la Iglesia de Inglaterra, en términos de pérdida de fieles, cierre de iglesias y pérdida de vocaciones".
También se nombrará a una persona exterior a la Iglesia para que "evalúe la situación actual en cuanto a raza y etnia en la Iglesia", con el fin de "aumentar la participación y representación de los anglicanos negros, los asiáticos y otras minorías étnicas", tanto laicos como clérigos.
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