Pete Buttigieg, el chico de South Bend que suspira por la Casa Blanca

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A Pete Buttigieg le gusta recordar a la gente que todo lo que tenía cuando lanzó su campaña presidencial hace un año eran cuatro personas en su equipo, una gran idea y un apellido desconocido e impronunciable.

"Hubo escépticos, muchísimos escépticos", recordó después de los "caucus" en Iowa, donde derrotó por un pelo al veterano senador de Vermont Bernie Sanders.

"¡Iowa, has demostrado que esos escépticos estaban equivocados!", exclamó el exalcalde de South Bend, Indiana.

A sus 38 años, apenas tres años más que la edad mínima para ser presidente, al "alcalde Pete" lo impulsa una confianza en sí mismo que podría parecer excesiva, arrogante incluso, si no estuviera en segundo lugar en las encuestas previas a la primaria de este martes en New Hampshire, donde se enfrenta a candidatos que ya estaban en la política antes de que él naciera.

Es fe en sí mismo no es nueva. Buttigieg recuerda haber levantado la mano cuando un maestro de secundaria preguntó a quién le gustaría ser presidente.

"No sé qué es lo que esperamos, que alguien sea alcanzado por un rayo y luego se convierta en alguien que puede convertirse en presidente", dijo en una entrevista reciente para The New York Times.

Buttigieg confía ciegamente en que puede aprovechar su momento. Representante de una nueva generación y "polo opuesto" del presidente republicano Donald Trump, quiere nada menos que arrojar "al propio trumpismo al basurero de la historia al que pertenece" y comenzar un nueva era estadounidense.

Carece de experiencia política más allá de la adquirida durante ocho años como alcalde de la ciudad de 100.000 habitantes donde nació, pero argumenta que es el único candidato demócrata con peso que ha servido en el ejército.  Su perfil de Twitter comienza con la frase "veterano de Afganistán".

- Soldado -

Peter Paul Montgomery Buttigieg nació el 19 de enero de 1982 en South Bend. Sus padres eran profesores de inglés en la Universidad de Notre Dame.

Su padre, especialista en el filósofo y teórico marxista Antonio Gramsci, era inmigrante maltés que viajó a Estados Unidos para obtener su doctorado, y allí conoció a la madre de Pete.

Hijo único, Pete sobresalía en la escuela. Fue aceptado en Harvard, recibió una prestigiosa beca Rhodes y pasó tres años en Oxford antes de ser reclutado por la consultora de gestión de élite McKinsey en 2007.

"Nada particularmente apasionante", dijo Buttigieg sobre su tiempo en la empresa.

A los 25 años, la política lo llevó de vuelta a South Bend. Se postuló para ser el tesorero de Indiana, pero fue derrotado.  En 2011 ganó la alcaldía de su ciudad natal, que a la postre sería su trampolín a la política nacional.

Reservista de la Marina durante varios años, Buttigieg suspendió sus funciones de alcalde en 2014 y pasó siete meses en Afganistán, donde trabajó como analista de inteligencia.

Cuando se le preguntó si se había unido al ejército para impulsar su carrera política, admitió a The Daily que se había hecho la misma pregunta.

"Si la respuesta es sí, ¿eso significaría que el servicio no fue, de alguna manera, puro?", preguntó retóricamente.

- Exrepublicanos -

Durante todos esos años, Buttigieg vivió en secreto su homosexualidad. No lo dijo hasta 2015, antes de ser reelegido alcalde.

A través de Hinge, una aplicación de citas, conoció a Chasten Glezman, quien adoptó su apellido después de casarse en 2018. La pareja ha dicho que quieren hijos.

"Mi matrimonio con Chasten me ha convertido en mejor persona", dijo Buttigieg. "Me ha acercado más a Dios".

El precandidato demócrata ha cultivado una imagen de un hombre del medio oeste: tradicional, devoto (bautizado católico pero asiste a una iglesia episcopal).  El programa de comedia Saturday Night Live lo representa como tímido y aburrido.

Sus rivales están molestos por frases como "tenemos que arreglar el motor de nuestra democracia" y por sus planes para reformar la Constitución y la Corte Suprema.

Los críticos señalan que prácticamente no tiene apoyo entre los votantes negros, un grupo importante y tradicionalmente demócrata.

Pero la idea del exalcalde no es ganar solo a su compañeros demócratas. En noviembre, tiene la intención de buscar votos del centro entre los desilusionados con Trump, a los que ya les gusta llamar "futuros exrepublicanos".

Cuando anunció oficialmente su candidatura en abril de 2019, Buttigieg habló de la "audacia" de su candidatura a la Casa Blanca, una clara referencia a la frase distintiva de Barack Obama "la audacia de la esperanza".

"Si miras las lecciones que nos da la historia durante el último medio siglo, cada vez que hemos ganado o mi partido ha ganado la Casa Blanca, ha sido con un candidato que es nuevo en la política nacional", dijo, evocando tanto a Obama como a Jimmy Carter y Bill Clinton.

Aunque antes de llegar a la Casa Blanca, Carter y Clinton fueron gobernadores y Obama, senador. El sector demócrata de Obama ve no obstante cualidades en el joven alcalde de oraciones claras y mordaces.

No mucho después de la victoria de Trump, The New Yorker le preguntó a Obama sobre la sucesión en el Partido Demócrata.

Obama mencionó a los senadores Tim Kaine y Kamala Harris, y agregó: "Y luego está ese tipo en South Bend, Indiana. El alcalde". Pero no fue capaz de recordar, o pronunciar, su nombre.

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