Grecia refuerza su presencia en el Mediterráneo para hacer contrapeso a Turquía

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Grecia se ha implicado más en el ámbito de la defensa en la región del Mediterráneo, sobre todo junto a sus aliados francés y estadounidense, con el ánimo de obtener su apoyo y sus inversiones, frente a la vecina e influyente Turquía.

En un contexto de tensiones en el Mediterráneo oriental, el gobierno conservador griego reforzó su cooperación estratégica con París, impulsó un acuerdo militar con Washington y decidió suministrar misiles defensivos Patriot a Arabia Saudita. Y todo eso, en un solo mes.

Además, hay una fragata griega en la misión del portaaviones francés Charles-de-Gaulle en el este de Mediterráneo.

El objetivo oficial de esta misión es apoyar las operaciones antiyihadistas en Siria e Irak y garantizar la estabilidad en la región.

Durante una votación reciente en el Parlamento de un acuerdo de defensa entre Atenas y Washington, el primer ministro, Kyriakos Mitsotakis, se congratuló por el "refuerzo de la alianza estratégica con Estados Unidos" y subrayó que la cooperación militar con Francia "nunca fue mejor".

Grecia lleva semanas haciendo campaña en contra de los acuerdos firmados por Turquía y el gobierno libio de Trípoli para redefinir las fronteras marítimas haciendo caso omiso de las islas griegas.

Los acuerdos, que la Unión Europea denunció, pusieron a prueba, de nuevo, las relaciones entre Atenas y Ankara, empañadas desde hace tiempo por cuestiones de soberanía en el mar Egeo o por las oleadas migratorias.

"La participación de Grecia en la fuerza europea en el Mediterráneo es una necesidad, a sabiendas de las provocaciones de Turquía y de sus intentos de imponerse en esta zona a pesar del derecho internacional", indicó a la AFP Konstantinos Filis, director de investigación en el Instituto griego de Relaciones Internacionales.

- Francia, "el aliado ideal" -

"Francia es actualmente el aliado ideal para Grecia", que quiere reforzar su industria de defensa, apuntó Panayotis Tsakonas, profesor de derecho internacional en la Universidad de Atenas e investigador en el centro griego de política europea Eliamep.

El experto recordó que "ambos países comparten la misma postura en cuanto a la situación en el Mediterráneo oriental", y destacó los intereses de las empresas francesas en las exploraciones de hidrocarburos frente a las costas de Chipre, principal aliado de Grecia.

Turquía, que desde 1974 ocupa la parte norte de la isla, rechaza que Nicosia tenga potestad para explotar yacimientos en el Mediterráneo y ha impedido las perforaciones en varias ocasiones.

- "Presión" estadounidense -

No obstante, la nueva política de defensa de Atenas despertó unas airadas críticas por parte de la oposición, de izquierdas.

"Están arrastrando al país a unas aventuras que superan su capacidad y que cambian la política exterior seguida desde hace décadas", denunció el ex primer ministro Alexis Tsipras.

El gobierno replicó que el despliegue de misiles Patriot en Arabia Saudita "se enmarca en una iniciativa conjunta con Estados Unidos, Francia y Reino Unido" para "garantizar la seguridad de sitios energéticos cruciales".

Sin embargo, el analista Konstantinos Filis cree que la decisión obedece a "una presión estadounidense", a "riesgo" de que Grecia acabe implicada en la espinosa cuestión iraní.

Para Atenas, que trata de dar impulso a su economía, al ralentí tras una década de crisis económica y recortes drásticos en el presupuesto de defensa, se trata también de atraer inversiones por parte de sus socios.

Según el gobierno griego, Estados Unidos invertirá 12 millones de euros en la base aérea de Larisa, en el centro de Grecia, y 6 millones de euros en al base estadounidense de Souda, en Creta.

A cambio, Atenas modernizará su flota de aviones caza estadounidenses F-16 y dio cuenta de su interés en los drones y F-35.

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