Expresidente peruano Fujimori supera problema neurológico pero sigue hospitalizado

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El octogenario expresidente peruano Alberto Fujimori, condenado a 25 años de prisión, seguía con problemas respiratorios este miércoles en una clínica de Lima aunque tuvo mejoras en su sistema neurológico, informó a la AFP su médico de cabecera, Alejandro Aguinaga.

"Él (Fujimori) ha superado un montón en la parte neurológica, pero sigue en tratamiento en la parte respiratoria", dijo Aguinaga tras visitar al exgobernante (1990-2000) en la Clínica Centenario Peruano Japonesa de Lima.

El médico indicó que el expresidente, de 81 años, sigue recibiendo medicamentos y tratamientos en la unidad de cuidados intermedios de esa clínica de la capital peruana, aunque por su leve mejoría ya podría recibir el alta para volver a prisión.

"Él ya quiere irse, no es un buen paciente", comentó Aguinaga sonriendo.

De ancestros japoneses, el exmandatario fue hospitalizado el lunes tras sufrir en prisión problemas neurológicos (una parálisis facial) y pulmonares, e hipertensión.

Fujimori, quien está recuperado de la parálisis facial, fue condenado en 2009 a 25 años de cárcel por dos matanzas perpetradas por escuadrones de la muerte integrados por militares que operaban durante su gestión y por actos de corrupción.

El expresidente está recluido en una base policial al este de Lima desde que fue revocado en octubre de 2018 el polémico indulto que le había concedido en la Navidad de 2017 el entonces presidente Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), el cual le permitió estar en libertad por algunos meses.

Desde la cárcel Fujimori ha visto a su primogénita Keiko ser enviada a prisión por supuestos actos de corrupción y el desplome del populista Partido fujimorista, que recibió un voto de castigo en las urnas el 26 de enero, con lo cual perdió el control sobre el Congreso.

Además vio la ruptura de lazos entre sus dos hijos políticos, Keiko y el benjamín Kenji, que se han beneficiado de la popularidad del patriarca, y que no se lograron reconciliar a pesar de sus ruegos.

Aunque los atropellos a los derechos humanos y los escándalos de corrupción marcaron su década en el poder, muchos peruanos admiran aún a Alberto Fujimori porque derrotó a la guerrilla maoísta Sendero Luminoso y detuvo la hiperinflación heredada de su antecesor, Alan García.

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