En Riad, las reformas sociales no son del agrado de todos

Compartir
Compartir articulo

En el centro de Riad, Ibrahim mira con desaprobación a una joven en jean ajustado apenas cubierta por una abaya. Para este saudí, las reformas sociales han sido demasiado "rápidas y brutales" en el reino ultraconservador.

"Las fiestas ruidosas, la diversidad, la permisividad con la ropa de las mujeres, que estas fumen en público. Todo esto no puede ocurrir en el país que alberga los lugares santos" del islam -La Meca y Medina-, dice a la AFP este profesor de árabe, de 55 años, con barba bien recortada blanca.

"Siempre hay una especie de degeneración oculta, como en todos los países, pero ahora está bien a la vista", juzga este padre de cinco hijos que prefiere no dar su apellido. Se dice partidario de una libertad "controlada".

Bajo el impulso del príncipe heredero Mohamed bin Salmán, Arabia Saudí experimenta desde 2017 cambios sociales que están dejando atrás el rigorismo religioso, la estricta separación de sexos y la ausencia de lugares de ocio tan denigrados por los conservadores.

Las mujeres ya pueden conducir un vehículo, asistir a los estadios o a conciertos de música al lado de los hombres. Los cines han vuelto a abrir sus puertas, los espectáculos para jóvenes se multiplican y la actividad de la policía de las buenas costumbres ha caído.

Considerado por algunos como el Woodstock saudí, el festival estadounidense de música de referencia de la generación hippy de 1969, el "MDL Beast", el mayor acontecimiento musical que se organiza en la historia del reino, fue acogido por Riad a finales de 2019.

Durante tres días, DJ internacionales hicieron sonar la música y bailar a miles de personas al aire libre, incluidas jóvenes sin velo.

- "Borrar la identidad" -

Aunque siguen en vigor muchas restricciones, en particular para las saudíes que están sujetas a la tutela masculina, esta apertura ha sido muy bien recibida por los jóvenes, encantados de poder disfrutar del ocio, como ocurre en otros países del Golfo.

Responsables religiosos cercanos al gobierno aprobaron estos cambios que no se consideran contrarios al islam.

Y los conservadores que los desaprueban suelen abstenerse de hacer cualquier crítica en público.

El religioso Omar al Muqbil fue detenido, según seguidores, por acusar a los responsables, encargados de organizar los espectáculos, de "borrar la identidad original de la sociedad saudí".

Las voces críticas al gobierno siguen en el punto de mira de las autoridades. Varios disidentes, entre ellos militantes feministas que reclaman más derechos, siguen detenidos.

"El problema no es el cambio en sí, sino el hecho de que no sea progresivo, que sea repentino y brutal", estima un funcionario de 47 años, mientras bebe un café en un restaurante cerca de Riad.

"Me niego a que mis hijos vayan a este tipo de fiestas, aunque no sé si lo hacen sin saberlo yo. Todo es posible", admite ese padre de cuatro adolescentes, dos de ellos chicas.

- "De un extremo al otro" -

Incluso entre los jóvenes, los cambios no son del agrado de todos. "El problema no está en la política, sino en la gente", dice Abderrahman, un abogado de 26 años.

Para este joven de buen porte y barba corta, las inhibiciones de estos últimos años han llevado a un sector de la sociedad a "desviaciones morales".

Manar Sultán, una estudiante de 21 años, lamenta la apertura sin que la sociedad haya sido "preparada". "Hemos pasado de un extremo al otro en un cerrar de ojos", dice.

"El cambio es muy frágil. Mucha gente lo apoya y muchos otros se oponen", dice un diplomático basado en Riad, que teme que haya fricciones entre los dos bandos.

Varios vehículos que son propiedad de mujeres han sido quemados, según la prensa local que acusa a los extremistas que se oponen a que conduzcan.

Considerada como la primera campaña de llamado al orden moral desde la flexibilización de las restricciones, las autoridades detuvieron en diciembre a un centenar de personas por "indecencia" o por llevar "ropa inapropiada".

Para un responsable saudí, que pidió el anonimato, los "saudíes necesitan (estas reformas) para que tengan la sensación de tener una vida normal".

ht/aem/tp/af/mis