Gobierno libanés se reúne por primera vez entre protestas

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BEIRUT (AP) — El nuevo gobierno libanés celebró el miércoles su primera reunión, al día siguiente de su formación después de tres meses de parálisis política. Por su parte, los manifestantes bloquearon brevemente importantes carreteras de Beirut y alrededores en protesta contra los partidos políticos a los que culpan de la corrupción rampante.

El nuevo gobierno, que tiene el apoyo del poderoso grupo armado Hezbollah y sus aliados, tiene una tarea hercúlea por delante que incluye sacar a Líbano de su peor crisis económica y financiera desde la guerra civil, que duró de 1975 a 1990. La crisis empeoró desde el inicio de las protestas masivas contra la elite política a mediados de octubre, que provocaron la renuncia del gobierno del ex primer ministro Saad Hariri dos semana más tarde.

El nuevo primer ministro, Hassan Diab, se reunió con sus ministros en el palacio presidencial en Beirut en presencia del presidente, Michel Aoun. El gabinete de 20 miembros está formado sobre todo por especialistas e incluye a seis mujeres, una cifra récord en Líbano, en ministerios importantes como Defensa, Justicia y Empleo.

Los analistas señalaron que probablemente el nuevo gobierno, alineado con Hezbollah, que recibe apoyo iraní, tenga problemas para conseguir el respaldo internacional y regional necesarios para evitar un colapso económico.

Hezbollah está considerado como una organización terrorista por Estados Unidos y los países petroleros del Golfo, cuyo apoyo necesita con urgencia el endeudado Líbano. La Unión Europea considera una organización terrorista a la rama militar de Hezbollah.

El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, celebró la formación de un nuevo gobierno y dijo estar “deseando trabajar” con Diab y su equipo, “incluido en apoyo de la agenda libanesa de reformas y para abordar las urgentes necesidades de su pueblo”.

También el miércoles, el dólar estadounidense se compraba en las tiendas de cambio de todo el país por unas 2.000 libras libanesas, tras alcanzar un récord de 2.500 libras la semana pasada. El tipo oficial de cambio se mantenía en 1.507 libras por dólar. El pánico y la indignación cundieron entre la población al hundirse la moneda nacional tras dos décadas de cambio fijo. En las últimas semanas cayó más de un 60% en el mercado negro.

La economía no crece y las divisas se han agotado en un país ya endeudado, que depende de las importaciones para los bienes más básicos.