Para los sirios de Idlib, la muerte de Soleimani es "una victoria"

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Para algunos en Oriente Medio, Qasem Soleimani era un héroe que murió como mártir. Pero para los sirios que viven en los territorios insurgentes del país en guerra, este poderoso general iraní, símbolo del apoyo de Teherán al régimen, su muerte es una "victoria".

"Damos las gracias a Dios por su asesinato", dice Ismail Al Asali, de 22 años, nacido en Idlib, una provincia del noroeste de Siria dominada por grupos yihadistas y rebeldes.

El general Soleimani, artífice de la estrategia militar iraní en Oriente Medio, murió el 3 de enero en un ataque de un dron estadounidenses cerca del aeropuerto de Bagdad (Irak).

Soleimani tenía un papel clave en la guerra en Siria que empezó en 2011. En gran parte gracias al apoyo de Irán el régimen de Bashar Al Asad pudo mantenerse hasta ahora en el poder.

"Ninguna masacre en Siria ocurrió sin la implicación de Soleimani junto al régimen y a Rusia, socios en el asesinato de sirios", asegura Asali, instalado en una pequeña habitación de cemento de un campo de desplazados en Qah, en el norte de Idlib.

Obligado hace años a huir con su familia de los combates en su pueblo, Asali explica que su mujer, su hermano y su sobrino murieron en noviembre por un disparo de misil tierra-tierra en este campo.

Su hijo de un año sobrevivió pero le amputaron una pierna. Él también resultó gravemente herido y todavía lleva una fijación externa en la pierna.

"Nos habría gustado que su muerte fuera obra de la oposición siria. Así habríamos obtenido nuestra venganza", dice Asali, en referencia a Soleimani.

- Batalla de Alepo -

El general iraní era el jefe de la fuerza Quds de los Guardianes de la Revolución, responsable de las operaciones exteriores de Irán, y solía visitar personalmente a sus hombres en Siria.

Soleimani tuvo un papel estratégico cuando las fuerzas del régimen conquistaron en 2017 la ciudad de Bukamal, en el este, frente a los yihadistas del grupo Estado Islámico (EI), indica la oenegé Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).

En noviembre de 2015, el general resultó herido en los combates contra los rebeldes en la provincia de Alepo, según el OSDH y una fuente siria, aunque Irán lo desmintió entonces.

Los rebeldes reprochaban al general su papel en la batalla de Alepo, una gran ciudad del norte de Siria.

Mahmud Charimo, un desplazado de Alepo ahora en Idlib, se acuerda como un disparo de misil, que atribuye a las fuerzas iraníes, mató a su hija de cinco meses en 2015.

"Detrás de todo esto hay el régimen sirio, Irán, y en particular Qasem Soleimani y sus milicias", dice este hombre de 29 años.

Según el OSDH fue a causa del general y a sus fuerzas que los rebeldes nunca pudieron conquistar totalmente Alepo.

También gracias al apoyo de Soleimani y de la aviación rusa el régimen reconquistó a finales de 2016 los barrios insurgentes de la ciudad, en una ofensiva que dejó centenares de muertos y miles de desplazados.

El general iraní era "el elemento más influyente de la campaña de Alepo", asegura Abu Ahmed, un desplazado que está contento por la muerte de un "criminal".

"Rusia aseguraba la cobertura aérea y bombardeaba a los civiles", dice. "Pero Soleimani dirigía la campaña militar iraní en tierra", asegura este hombre de 35 años.

El día de su muerte, el 3 de enero, algunos habitantes de la provincia de Idlib repartieron dulces en la calle para celebrarlo.

"La muerte de Soleimani es una victoria contra la injusticia y la amargura en Alepo", afirma Abu Ahmed. "Todos los tiranos tendrían que acabar igual".

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