Los kurdos, indemnes en la tormenta que sacude a Irak

Compartir
Compartir articulo

Las facciones iraníes preparan sus armas, las autoridades se disponen a expulsar a soldados estadounidenses y los diplomáticos multiplican sus protestas hacia Washington. En medio de este hervidero político y social iraquí, el Kurdistán ha conseguido mantenerse al margen.

Esta región del norte de Irak debe su autonomía a Estados Unidos, pero comparte cientos de kilómetros de frontera con Irán.

Varios días después del asesinato por Washington del general iraní Qasem Soleimani en un ataque en Bagdad, las autoridades kurdas "interactúan con todos pero no toman posición", explicó a la AFP Adel Bakawan, sociólogo y especialista de Irak.

Los comunicados de las autoridades kurdas se limitan a llamar a la "moderación" y al "respeto de la soberanía de Irak". Y lo que es más importante, ningún diputado kurdo se presentó el domingo en el parlamento para una sesión extraordinaria que concluyó con un llamado al gobierno para expulsar del país a las tropas de la coalición antiyihadista liderada por Estados Unidos.

El terreno está muy minado. Los diputados pro-Irán habían advertido en varias ocasiones que denunciarían a los "traidores a la patria", y que no votarían como ellos.

Por su parte, el presidente norteamericano Donald Trump afirmó que Irak será objeto de "sanciones nunca vistas" si se empeña en sacar a sus soldados de su suelo.

-La estrategia: esperar-

"La estrategia adoptada a corto plazo es la espera", afirma Bakawan, para ver "la orientación que tomarán los acontecimientos y no comprometerse de un lado o del otro hasta que se aclare la situación".

Porque, a veces, los acontecimientos en Irak son confusos. El lunes por la noche, los estadounidenses anunciaban la retirada de sus tropas, antes de afirmar que la carta dirigida a los iraquíes para informarles de esta retirada había sido enviada ¡por error!

Más allá de la amenaza exterior que surge de las tensiones entre Washington y Teherán, Irak ya está atrapado en su propia tormenta.

El gobierno, que renunció en medio de una revuelta popular inédita, en la que tampoco participó Kurdistán, todavía no ha sido sustituido.

En esta confusión general, "los diputados chiítas tomaron una decisión radical para el futuro de todo Irak, bajo el golpe de la emoción", acusa un alto ejecutivo de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), del difunto presidente iraquí Jalal Talabani, tradicionalmente cercano a Irán.

"Hay numerosas violaciones de la soberanía iraquí y hay que tomar medidas para ponerles fin. Pero no sólo contra una parte", prosigue este político, uno de los pocos que acepta hablar, bajo el anonimato.

Porque, como Bagdad, desde hace años, el gobierno regional y los partidos kurdos juegan en ambos sentidos. Por una parte, "si el territorio del gobierno regional de Kurdistán existe, es gracias a la injerencia directa de Estados Unidos" que hizo inscribir en la constitución iraquí su estatuto aparte después de su invasión de 2003, recuerda Bakawan.

Los kurdos también lucharon contra el grupo Estado Islámico (EI) junto con la coalición anti-EI, liderada por Washington, así como contra el general Soleimani, visto regularmente en Erbil durante la guerra contra los yihadistas.

Atrapados, los kurdos iraquíes no están dispuestos a arriesgar su autonomía. Porque son los únicos en Medio Oriente que dirigen lo que más se parece a un estado, mientras que las veleidades autonomistas de sus compatriotas son reprimidas en Irán, Turquía y Siria.

"Irak no debe convertirse en un campo de batalla para ajustar cuentas o conflictos políticos", afirma Vian Sabri, jefe de la lista del partido Patria Democrática de Kurdistán (PDK) de Masod Barzani, figura tutelar en Erbil, cuyo hijo y sobrino dirigen Kurdistán autónomo.

Una vez más, la prudencia kurda podría pagar. En un país sacudido desde hace cuatro décadas por las guerras, cuando la situación degenera en otros lugares de Irak, la región autónoma es un refugio para empresarios, diplomáticos y humanitarios.

bur-sbh/hj/mab/zm