Pekín rechazó el viernes el llamamiento del Parlamento Europeo para que se sancione a China por su trato a la minoría musulmana uigur en Xinjiang (noroeste), por considerarla una "injerencia" en sus asuntos internos.
"Hacemos un llamado a los europeos para que abandonen su parcialidad en materia de lucha contra el terrorismo y contribuyan positivamente al desarrollo de las relaciones entre China y la Unión Europea (UE)", declaró a la prensa un portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Geng Shuang.
El jueves el Parlamento Europeo aprobó una resolución para instar "a la Comisión, al Consejo y a los estados miembros a tomar todas las medidas necesarias para convencer al gobierno chino de cerrar los campos, poner fin a todas las violaciones de los derechos humanos en Xinjiang y preservar las libertades fundamentales de los uigures".
Expertos y organizaciones de defensa de los derechos humanos acusan a Pekín de haber internado en Xinjiang un millón de musulmanes, principalmente de etnia uigur, en campos de reeducación política.
Pekín rechaza esta cifra y explica que se trata de centros de "formación profesional" destinados a luchar contra la radicalización, en una región marcada por atentados atribuidos a independentistas o a islamistas uigures.
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