China alaba el patriotismo de Macao al cumplirse 20 años de la devolución

El presidente chino, Xi Jinping, elogió este viernes el patriotismo de los habitantes de Macao y el éxito económico de la ciudad con motivo del vigésimo aniversario de la devolución de la antigua colonia portuguesa, donde la agitación política de Hong Kong no ha tenido eco.

Las celebraciones culminaron con la investidura del nuevo jefe del Ejecutivo local, Ho Iat-seng, a quien Xi describió como un "capítulo brillante" en el modelo "Un país, dos sistemas".

Es el principio que presidió la devolución de Macao en 1999, al final de cuatro siglos de presencia portuguesa, dos años después de que el Reino Unido restituyera Hong Kong.

Unos 30 km separan las costas de los dos territorios que gozan de libertades desconocidas en otras partes de China. Pero el contraste no podría ser mayor entre las dos orillas de la desembocadura del Río de las Perlas.

Al oeste Macao, el alumno modelo sigue la estrategia de Pekín sin rechistar. Al este, Hong Kong vive desde hace seis meses al ritmo de manifestaciones prodemocracia sin precedentes, recientemente legitimadas por una contundente bofetada electoral para Pekín.

Durante su visita que comenzó el miércoles, Xi alabó la eficacia de los dirigentes de Macao y la estabilidad política de la ciudad, unos temas que retomó el viernes durante el discurso pronunciado por el investidura de Ho.

- Injerencias extranjeras -

"El sentido de la nación y el espíritu patriótico han arraigado profundamente en los corazones de los jóvenes", dijo el presidente chino, y agregó que la lealtad a la patria madre era "la razón más importante" del éxito de Macao.

Antiguo miembro del Comité Permanente de la Asamblea Popular Nacional (ANP, parlamento), Ho fue el único candidato a jefe del Ejecutivo de Macao y fue elegido por un comité de 400 miembros afines a Pekín.

Xi aprovechó el discurso para advertir a los países extranjeros por sus posiciones sobre Hong Kong. Lo hizo en presencia de la jefa del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, quien asistió a la ceremonia.

"Nunca autorizaremos las injerencias de fuerzas extranjeras en los asuntos de Hong Kong y Macao", dijo, bajo los aplausos de los delegados presentes.

Pekín ha calificado en repetidas ocasiones la protesta de Hong Kong de intento de desestabilizazión orquestado en el extranjero y niega la legitimidad de las reivindicaciones políticas de los hongkoneses.

En dos décadas, Macao ha experimentado una transformación extraordinaria con gigantescos casinos en Cotai, una franja de tierra ganada al mar entre las islas de Coloane y Taipa, ahora unidas.

Es el único territorio chino donde se permite el juego de dinero y su PIB se ha disparado de 6.400 millones de dólares en 1999 a más de 55.000 millones.

Sus casinos aportan en una semana tanto como Las Vegas en un mes. Pero Xi no ha mencionado el juego durante la visita.

- Macao y Pekín "entrelazados" -

Ho afirmó por su parte que la emergencia de Macao fue posible a la par que la de China.

"Macao y la patria están entrelazadas y destinadas a desarrollarse juntas", dijo en su discurso de investidura.

Macao posee el tercer PIB por habitante del mundo, detrás de Luxemburgo y Suiza, pero su riqueza está muy concentrada. Y la prosperidad no está libre de vulnerabilidad ya que el 80% de los ingresos del gobierno local provienen de los casinos.

De hecho los ingresos se desplomaron después de la campaña anticorrupción lanzada en 2012 por Xi, que había disuadido a muchos jugadores. La ciudad apostó entonces por la clientela de masa, con complejos gigantes que proponen una amplia gama de actividades, entre cenas gastronómicas y parques temáticos.

El territorio sigue siendo considerado por el Departamento de Estado de Estados Unidos como un paraíso para el blanqueo de dinero y es un vivero del crimen organizado y la prostitución.

Muchos habitantes de Macao estiman que su vida ha mejorado en 20 años, al contrario que en Hong Kong, donde las protestas están motivadas en parte por las dificultades económicas.

Sin embargo en Macao algunos están preocupados por la pérdida de una identidad única nacida del encuentro de la cultura cantonesa y la portuguesa.

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