Alcaldias de islas griegas en huelga por planes de nuevos campamentos de refugiados

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Las alcaldías de las tres islas griegas más afectadas por la crisis migratoria, Lesbos, Samos y Chíos, hicieron huelga el miércoles para protestar contra los planes de abrir nuevos campamentos con capacidad para 5.000 refugiados cada uno.

En una declaración conjunta, los municipios de las tres islas del Egeo rechazaron cualquier "estructura adicional en Lesbos, Chíos y Samos".

También exigieron "la vigilancia efectiva de las fronteras marítimas y la retirada inmediata y masiva" de miles de solicitantes de asilo alojados en las islas griegas, según la agencia de noticias ANA.

Los servicios municipales fueron cerrados el miércoles, según la oficina del gobernador de la región del norte del Egeo, de la que dependen estas tres islas.

"Esta es una primera reacción", dijo el gobernador Constantinos Mutzouris en una conferencia de prensa en Lesbos.

"Solamente ayer (martes) 500 personas llegaron a las islas", agregó como ejemplo del alza de llegadas de migrantes desde este verano.

"No hay ningún plan para resolver esta situación", continuó el gobernador, lamentando no estar informado sobre las intenciones exactas del gobierno griego.

La administración de Kyriakos Mitsotakis anunció en noviembre la sustitución de los tres campamentos superpoblados y poco saludables en estas islas por estructuras "cerradas" de mayor capacidad (5.000 refugiados cada uno), pero las autoridades locales exigen la reducción del número migrantes en sus islas.

"Estamos solos. Primero los europeos han abandonado Grecia y ahora Grecia está abandonando las islas y especialmente Lesbos", afirma indignado el alcalde de esa isla, Stratis Kitelis.

Unos 17.000 solicitantes de asilo están actualmente alojados en el campamento de Moria, cinco veces más que lo originalmente planeado.

En Chíos, el campamento alberga a casi 6.000 refugiados, mientras que fue diseñado para apenas 1.000, y muchos solicitantes de asilo se ven obligados a dormir bajo los olivares cercanos.

"Los migrantes cortan las ramas de los olivos para encender fuego y calentarse" se quejó Michalis Koutsaradis, un agricultor cuyo campo es vecino al centro de refugiados de Chíos.

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