EEUU advierte a Rusia de represalias si interfiere en las elecciones de 2020

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La administración estadounidense advirtió este martes a Rusia de que habrá represalias ante cualquier injerencia en la campaña electoral de 2020, pero provocó críticas de la oposición al invitar al canciller ruso a la Casa Blanca.

El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, hizo su primera visita a Washington en más de dos años, el mismo día en que la mayoría demócrata en la Cámara de Representantes presentó los cargos contra el presidente Donald Trump en el marco de un proceso de destitución.

El jefe de la diplomacia rusa comenzó el día con una reunión con el secretario de Estado, Mike Pompeo, quien dijo que el gobierno de Trump está decidido a seguir trabajando a pesar de la contingencia política local.

- Advertencias y contradicciones -

Pero Pompeo aprovechó una rueda de prensa conjunta con Lavrov para recordar que Washington y Moscú tienen muchos motivos de desacuerdo, y advirtió a Lavrov sobre las consecuencias de una eventual interferencia en la campaña hacia las elecciones de noviembre de 2020.

"La administración Trump siempre trabajará para la protección de la integridad de nuestros periodos electorales", declaró Pompeo. "Si Rusia o cualquier actor extranjero interviene para menoscabar nuestro proceso democrático, nosotros responderemos", añadió.

Los servicios de inteligencia estadounidenses determinaron que, entre otras cosas, Rusia manipuló las redes sociales para favorecer a Trump durante la campaña electoral de 2016.

"Hemos señalado una vez más que todas las especulaciones sobre nuestra supuesta interferencia en los procesos internos de Estados Unidos son infundadas", se defendió por su lado Lavrov, quien no obstante se reunió luego en la Casa Blanca a puerta cerrada con Trump.

Pero las versiones de ambas partes sobre el contenido de la conversaciones son contradictorias.

La Casa Blanca dijo que Trump reiteró la advertencia contra la injerencia en la campaña y "llamó a Rusia a resolver el conflicto con Ucrania".

Lavrov, en tanto, señaló justo después en una rueda de prensa que "en realidad ni siquiera hemos hablado de elecciones".

- Críticas a la visita a la Casa Blanca -

El presidente ya había invitado a Lavrov durante su última visita en mayo de 2017, tras la cual el diario The Washington Post informó que Trump había compartido información clasificada con Rusia.

La nueva invitación a Lavrov irritó a los demócratas. El congresista Eliot Engel, presidente del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara Baja, acusó a Trump de "quedar bien con los autócratas" y exigió un informe completo sobre el encuentro a puerta cerrada.

"Aunque el diálogo con los rusos es importante, especialmente para la estabilidad estratégica y el futuro del control de armas, no confío en el presidente Trump para defender nuestros intereses en esas conversaciones", declaró Engel.

El congresista Adam Schiff, que lidera las audiencias de cara al juicio político de Trump, recordó que, la última vez que el presidente se reunió con Lavrov, ambos estrecharon lazos después de que el mandatario despidiera al jefe del FBI, que había investigado la interferencia rusa en las elecciones.

- Firmes respecto a Ucrania -

Uno de los motivos de desacuerdo a los que aludió Pompeo es la situación en Ucrania. "Reitero que Crimea pertenece a Ucrania", dijo el secretario de Estado.

Las conversaciones en Washington se producen un día después de que el presidente ruso, Vladimir Putin, sostuviera una primera reunión histórica con su homólogo ucraniano, Volodimir Zelenski, en la que no lograron ningún avance.

Ambos líderes se reunieron en París junto a los presidentes de Francia y Alemania, quienes lideran los esfuerzos para poner fin a una guerra de cinco años en la que Ucrania está luchando contra los separatistas respaldados por Rusia.

Lavrov solicitó, por su parte, una rápida renovación, incluso para fin de año, del Tratado de Reducción de Armas Estratégicas New Start, que se considera como el último pacto de armas importante entre Estados Unidos y Rusia.

Negociado bajo la gestión del predecesor de Trump, el demócrata Barack Obama, el tratado, que expira en febrero de 2021, obliga a ambas partes a reducir los arsenales de lanzadores de misiles balísticos y establece nuevas formas de verificación.

La administración de Trump, aunque no descarta una extensión, quiere un nuevo tratado que incluya a China, que tiene un arsenal en rápido crecimiento, pero aún mucho más pequeño que el de Rusia y Estados Unidos.

A principios de año, Estados Unidos se retiró del Tratado sobre Fuerzas Nucleares de Alcance Intermedio (Intermediate-Range Nuclear Forces Treaty), que limitaba los misiles que podrían golpear ciudades europeas, después de decir que Moscú estaba en violación del mismo.

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