Frenética recta final para las legislativas que determinarán el Brexit

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El primer ministro británico, Boris Johnson, lanzó el lunes una última ofensiva de seducción en el norte de Inglaterra, donde espera arrebatar votos a los laboristas de Jeremy Corbyn para obtener el jueves una mayoría que le permita hacer realidad el Brexit.

En los tres días restantes hasta las elecciones generales anticipadas, el conservador realizará una frenética gira por localidades que tradicionalmente votan a la izquierda, pero pueden estar tentadas de cambiar de bando ante la ambigüedad de Corbyn sobre el Brexit.

Ataviado con botas, sombrero y bata blanca, visitó un mercado de pescado en Grimsby, ciudad en la costa este que no ha votado por el Partido Conservador desde la Segunda Guerra Mundial.

Después, cerca de Sunderland, 220 km más al norte, lanzó su mensaje para la recta final de la campaña, denunciando "una gran traición" por parte de los políticos laboristas a sus bases probrexit en las zonas desindustrializadas del país.

Corbyn, un histórico euroescéptico que lidera un partido dividido entre una facción joven urbana proeuropea y numerosos votantes en zonas posindustriales recelosos de la Unión Europea, acabó prometiendo que si llega al poder convocará un segundo referéndum sobre el Brexit.

Los británicos decidieron en 2016 salir del bloque por 52% de los votos, al término de una campaña que dejó al país profundamente dividido.

Pero el rechazo del parlamento a las sucesivas versiones del acuerdo negociado con Bruselas obligó a retrasar el Brexit tres veces, ahora hasta el 31 de enero.

- Polémica del niño enfermo -

Johnson, que llegó al poder en julio, espera obtener una cómoda mayoría absoluta que le permita hacer realidad su promesa de sacar al país de la UE.

Pero su operación de seducción se vio contrariada el lunes por la publicación de la foto de un niño de cuatro años enfermo que esperaba estirado en el suelo a ser examinado en un hospital, ilustrando las dificultades que atraviesa el preciado servicio británico público de salud (NHS), uno de los principales temas de la campaña.

"Pido disculpas", afirmó en la radio privada LBC y reiteró su promesa de invertir masivamente en sanidad.

Pero después se lo vio arrebatando y ocultando el teléfono móvil de un periodista que intentaba mostrarle la foto.

Acabó devolviéndolo y disculpándose de nuevo perdón, pero Corbyn aprovechó la ocasión para denunciar que en "los nueve años" de poder conservador no se haya financiado al NHS como es debido.

"Un niño tratado en el suelo es una vergüenza para nuestra sociedad", fustigó desde Bristol.

Los últimos sondeos dan una ventaja de 10 puntos a los conservadores, pero en los comicios de 2017 estos resultaron erróneos y, dado el imprevisible contexto político, Corbyn cree aún poder privar a los conservadores de la hegemonía defendiendo el programa más izquierdista que haya visto el país en décadas.

El lunes, el responsable de Finanzas laborista, John McDonnell, prometió "acabar con la austeridad" y atajar los enormes desequilibrios entre Londres y el resto del país en los primeros cien días de gobierno de izquierdas.

- El futuro del país -

Pero el Reino Unido se juega en estos comicios mucho más que un gobierno: su resultado determinará la dirección sobre el Brexit, la cuestión más importante que haya enfrentado el país en su historia reciente.

Así, en un ambiente de fuerte tensión, Johnson no ha dejado de ser atacado por su reputación de "mentiroso", mientras Corbyn tuvo que soportar durísimas críticas de la comunidad judía por no haber actuado con firmeza a los numerosos casos de antisemitismo denunciados en el seno de su formación.

La campaña se vio además sacudida el 29 de noviembre por un atentado terrorista en el Puente de Londres. El autor del ataque, Usman Khan, un yihadista condenado por delitos terroristas pero excarcelado de forma anticipada, mató a dos personas a puñaladas antes de ser abatido por la policía.

En el último debate televisivo, el viernes, entre Corbyn y Johnson, este último responsabilizó a los laboristas de la ley que permitió esta excarcelación que consideró nefasta.

Esto desató un indignada reacción del padre de una de las víctimas, Jack Merritt, estudiante de Cambridge que ayudaba en un proyecto de rehabilitación de delincuentes.

"Johnson mintió y utilizó la muerte de nuestro hijo como capital político", tuiteó David Merritt. "Este hombre es un fraude", agregó.

Por su parte, Corbyn tuvo que ver cómo el Centro Simon Wiesenthal, con sede en Estados Unidos, lo nombraba el domingo la persona más antisemita de 2019.

acc/lb