China: internos en campos en Xinjiang se han “graduado”

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BEIJING (AP) — Todas las personas que estaban en centros de formación profesional en la remota región de Xinjiang, en el oeste de China, se han “graduado” y llevan vidas felices, según dijo el lunes un funcionario chino. Sin embargo, miembros de la comunidad uigur y de otras minorías étnicas de mayoría musulmana en la región reportaron que sus familiares seguían sufriendo detenciones arbitrarias en campos y prisiones.

El gobernador uigur de Xinjiang, Shohrat Zakir, condenó la aprobación de la Ley de política de derechos humanos de los uigures en el Congreso de Estados Unidos.

“Cuando las vidas de la gente de todos los grupos étnicos en Xinjiang se vieron gravemente amenazadas por el terrorismo, Estados Unidos hizo oídos sordos”, dijo Zakir en una conferencia de prensa. “Por el contrario, ahora que la sociedad de Xinjiang se desarrolla de forma estable y la gente de todas las etnias vive y trabaja en paz, Estados Unidos se siente incómodo y ataca y difama a Xinjiang”.

La ley estadounidense, aprobada la semana pasada en la Cámara de Representantes, condenaba la detención masiva que se estima afecta a más de un millón de uigures, kazajos y otras personas. También planteaba posibles sanciones contra miembros del gobierno chino considerados responsables de violaciones de los derechos humanos en Xinjiang.

Exdetenidos y sus familiares han dicho a The Associated Press que los centros de “reeducación” eran en la práctica prisiones donde se les obligó a renunciar al islam y expresar gratitud al gobernante Partido Comunista. Los detenidos dijeron haber sufrido adoctrinamiento y torturas.

Aunque las autoridades chinas han descrito las detenciones como una forma de capacitación profesional, documentos clasificados filtrados hace poco a un consorcio de medios de comunicación revelaron una estrategia deliberada para encarcelar a miembros de minorías étnicas aunque no hubieran cometido un delito.

Xi Hairong, jefe del Partido Comunista en la ciudad de Urumqi, capital de Xinjiang, no cuestionó la autenticidad de los documentos. Sin embargo, dijo que no existían “campos de detención”.

“Los reportes del New York Times, el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación y otros medios extranjeros son intentos puramente maliciosos de difamar y desacreditar los centros de formación profesional de Xinjiang y sus esfuerzos antiterroristas y de desradicalización”, afirmó Xu.

Las autoridades se han negado repetidas veces a concretar cuánta gente hay en esos centros, aunque insisten en que es mucho menos que un millón. La cifra es “dinámica”, dijo Zakir el lunes.

El gobernador afirmó que todas las personas que estuvieron en esos centros estudiando chino mandarín, derecho, habilidades profesionales y desradicalización se han “graduado” y encontrado empleo estable. Otras personas, como funcionarios locales, campesinos y personas desempleadas con educación secundaria siguen asistiendo a programas que les permiten “ir y venir libremente”, añadió.

Algunos exdetenidos dijeron a AP que fueron obligados a firmar contratos de trabajo y se les prohibió abandonar el terreno de las fábricas entre semana, trabajando largas jornadas por un bajo salario.