Cinco rasgos de una persona con malas habilidades como líder

Uno de los aspectos más importantes de los líderes o cabecillas de equipo es la comunicación efectiva, ya que sin este rubro los niveles de productividad de los integrantes del grupo podrán resultar afectados

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Un buen líder tiene la capacidad de motivar y enseñar sus conocimientos y experiencias al resto del equipo (Foto: Pixabay)
Un buen líder tiene la capacidad de motivar y enseñar sus conocimientos y experiencias al resto del equipo (Foto: Pixabay)

El liderazgo es la capacidad que tiene una persona para influir, motivar y llevar a cabo acciones para lograr fines y objetivos comunes a un grupo de personas que, se busca, desarrollen su máximo potencial en diferentes contextos en los que se requiere de trabajo en equipo. Una de las características principales de un líder es que debe tener la habilidad de utilizar el poder de forma eficiente y responsable, usándolo con responsabilidad para evitar perder su posición dentro de un grupo.

En los últimos años, la capacidad de liderazgo ha tomado fuerza en espacios académicos, laborales, deportivos, políticos y familiares, ya que se ha vuelto imprescindible tener una visión integrada y una actitud de aprendizaje para fijar metas y, posteriormente, ayudar a los demás a hacerlo. Sin embargo, hay rasgos muy puntuales que predominan en las cabecillas de equipo que pueden significar malos comportamientos como líder.

De acuerdo con la revista Inc., una de las características más comunes de un mal líder es la falta de reconocimiento hacia las demás personas que desarrollan un buen trabajo, ya que esto tendrá una repercusión en su productividad, satisfacción e índices de lealtad. De acuerdo con el estudio de Greenberg y Arakawa, Profit From the Positive, los líderes que más reconocen y motivan al grupo tienen un 42% de mayor productividad que aquellos que no lo hacen.

Las habilidades de liderazgo han tomado fuerza en los últimos años en espacios laborales, académicos, deportivos y políticos (Foto: Pixabay)
Las habilidades de liderazgo han tomado fuerza en los últimos años en espacios laborales, académicos, deportivos y políticos (Foto: Pixabay)

Otro rasgo distintivo que podría denotar malas habilidades de liderazgo es la falta de respeto hacia los empleados. En una encuesta de 2020 realizada por ResumeLab, se encontró que un 72% de la población encuestada fue tratado de manera grosera o irrespetuosa por parte de un jefe.

Además, casi el 70% de los encuestados fueron criticados frente a sus compañeros y el 83% de ellos se sintió mal por ello. Finalmente, y quizás el peor de todos, un sorprendente 42% de los malos líderes culpó a otros por sus fallas, lo que el 84% de los empleados consideró injusto.

Un rubro en el que los líderes pueden tener tropiezos es en la comunicación. No comunicarse de manera eficiente puede afectar la moral laboral, desvincular a sus empleados e insatisfacer a sus clientes, ya que enviar mensajes incorrectos o inconclusos dificulta alcanzar las metas planteadas para el equipo de trabajo. En este sentido, la cabecilla de un equipo con malas habilidades de liderazgo no comunica a su gente con claridad sobre las expectativas, nuevos procesos, métricas o planes a seguir para darle continuidad a los proyectos.

Uno de los aspectos más importantes para ser un buen líder es mantener una comunicación activa con el resto del equipo (Foto: Pixabay)
Uno de los aspectos más importantes para ser un buen líder es mantener una comunicación activa con el resto del equipo (Foto: Pixabay)

A estos tres aspectos se suma el de la falta de retroalimentación de un líder hacia los integrantes del equipo. El no tener habilidades formales para ofrecer retroalimentación de forma oportuna y adecuada a su equipo de trabajo puede traer como consecuencia un bajo nivel de desempeño, pues un jefe o cabecilla de equipo que no hace feedback puede no estar al tanto de lo que pasa y no estar enterado de los éxitos, ni de los fracasos de su equipo.

Finalmente, negar los errores es otro rasgo que poseen las personas con malas habilidades de liderazgo, pues la única forma de corregir una determinada situación es, justamente, aceptando que existe un error. Un líder que no está atento a ello y que no tiene una autoestima lo suficientemente fortalecida para aceptar cuando se equivoca, está destinado a repetir los mismos errores del pasado.

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