El Barcelona de Milito

Hay que pensar en lo que viene y empezar con una de las costumbres preferidas de los argentinos: ser técnicos desde el sillón. El Gaby tiene en su genética el estilo que impuso el Barça de Guardiola, pero ¿le da el material para plantear un esquema similar?

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El campeonato se terminó para nosotros y ya dejamos atrás todo lo agridulce con la llegada de nuestro gran ídolo. Sin demasiado para analizar mirando el pasado y la goleada ante un Quilmes castigado por la ineptitud de sus directivos, es hora de acompañar a Gabriel Milito en esta travesía de transformar a un plantel con buen material pero falto de carácter para pisar firme en los momentos decisivos.


Sin ser un fundamentalista, es sabido que el Gaby es adepto al estilo que el Barcelona de Pep Guardiola impuso alrededor del mundo e intentará calcar ese formato, con las obvias distancias que existen entre el mejor equipo de la historia y otro terrenal. Juego asociado, presión alta, movilidad constante para generar al menos tres opciones de pase y el respeto absoluto por la pelota, el arco contrario y la recuperación veloz.


Es por eso que desde esta columna le proponemos arrancar con la manija y empezar a 'jugar' al deporte que más nos gusta a los argentinos: ser técnicos desde el sillón. El 4-3-3, según su paso por Estudiantes y la información de los últimos días, será el esquema a utilizar. ¿Hay material para llevarlo a cabo con éxito? Para averiguarlo nos aferraremos absolutamente a los lineamientos del Barcelona, a modo de seguir una estructura lógica de análisis.


En el arco se genera una contradicción absoluta: se necesita un arquero de precisión con los pies, pero a la vez que esté capacitado para responder en las pocas situaciones que le generarían. Eso no existe en el plantel. Es una u otra. El Ruso Rodríguez tiene valentía con los pies –a pesar de los errores– y precisión en el saque, pero perdió su lugar precisamente por tener fallas en los momentos cúlmines. Campaña, en cambio, fue aceptable abajo de los tres palos, pero la inseguridad con la pelota al piso es total. ¿Gastar plata en este puesto? Parecería una imprudencia.


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La última línea tendrá una novela que será la que más nos preocupará en el mercado de pases: la tan rumoreada salida de Víctor Cuesta será una grieta absoluta en las pretensiones. No hay en el plantel un central de sus características, que a la vez son elementales para la idea de Milito. Ser el primer bastión de la salida por abajo, con el coraje de llevar la pelota sin temor a perderla. La confianza del Flaco en el último tiempo lo hace irremplazable y la única exigencia del DT debería ser retenerlo a toda costa. El Piqué local.


Pellerano se ganó un puesto sin dudas. Más por su personalidad que por sus cualidades, claro está. Sin tener determinación para manejar la pelota, camufló todo con temperamento. Y eso, en un club grande, es lo más importante. Siguiendo el juego que planteamos, una especie de Puyol. En los costados, Tagliafico está más que apto para la propuesta de Milito por su capacidad física y Toledo jugará al cara o ceca: la constante intención de ir al frente podría favorecerlo o exponerlo aún más con los espacios que se generarán, que combinados con sus desatenciones siempre le cuestan caro al equipo.


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A partir del mediocampo comenzarán los problemas para el DT: muchos nombres, pocos para su idea. ¿Quién será el '5' tapón de corte rápido y toque sencillo? ¿quiénes se pararán como interiores y harán las veces de perros guardianes para morder con voracidad a la hora de recuperar y combinar la verticalidad con la sapiencia para manejar los tiempos cuando la tengamos?


Si recupera su nivel, no caben dudas que el Torito Rodríguez debería ser el equilibrio del centro neurálgico de juego. Despliegue en la marca, toque rápido y corto en la recuperación. ¿Otra opción? Ortiz debería aumentar su entrega para ser una especie de Busquets, recordándole una frase que Pep le dijo a Busi: "A un toque eres el mejor del mundo; a dos, eres muy bueno; a tres, ya eres discreto".


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Para conseguir los interiores deberá salir de compras, porque Méndez no convence con sus constantes desniveles psicológicos y es el más cercano a esa tarea. ¿Aquino? Deberá revalidar constantemente sus credenciales. El Cebolla Rodríguez, sin dudas, será un problema más que una solución. En el 4-3-3 no es un interior que pueda hacer el trabajo completo que se pretenderá, ni tampoco sirve como extremo. ¿Qué rol va a cumplir?


Faltan dos nombres que aparecen como variantes para la mitad en la actualidad, pero les vemos más condiciones para el tridente ofensivo. Rigoni por desequilibrio y velocidad; y el Droopy Gómez, por falta de pausa. Ante la carencia de 'extremos', el cordobés podría reconvertirse en un delantero que también colabore mucho con la asfixiante marca en la salida del rival. El ex Argentinos no tiene las características para ser parte del 'mediocampo de Milito' por sus decisiones apresuradas, que bien podrían usufructuarse en los metros finales.


Ante esto, Leandro Fernández y Martín Benítez son los que más condiciones tienen del actual plantel para vestirse de delanteros por las bandas, teniendo en cuenta que Lucas Albertengo podría tener la dualidad de ir tanto por el medio como por las bandas.


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En el centro del ataque, la gran dicotomía: ¿un 9 movedizo que no dé referencia como bien podría ser Luis Suárez en la actualidad o la tarea que venía haciendo Messi hasta su llegada o uno más estático para estrictamente definir como lo hizo Eto'o en el pasado? Y por ahí andan Vera y Denis: Viruta dará rotación constante en el frente de ataque, que podría ser más provechoso teniendo en cuenta la posibilidad de que Fernández y Albertengo muten a jugar de 9 en tramos. Mientras que el Tanque, bien abastecido, podría cansarse de hacer goles, pero no aportaría tanto en la marca.


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A jugar se ha dicho con el 'Barcelona de Milito'...